El fiscal Nacional en lo Criminal y Correccional Nº 32, Leonel Gómez Barbella, y la auxiliar María Victoria Fiore, a cargo del caso de Lucas González, solicitó a la Justicia, que el efectivo policial Facundo Agustín Matías Torres, vaya a juicio por proporcionar el arma plantada en la escena del crimen.
Es que, Torres, quien al momento del crimen de Lucas González, era oficial de la Comisaría Vecinal 4D de la Ciudad de Buenos Aires (CABA), es acusado de proporcionar el arma de utilería que se plantó en la escena del crimen, para simular un enfrentamiento entre el grupo de adolescentes y la Policía de la Ciudad.
En ese contexto, el fiscal solicitó a la jueza Nacional en lo Criminal y Correccional Nº 7, Vanesa Peluffo, que Torres vaya a juicio como “coautor” de “falsedad ideológica, privación ilegal de la libertad agravada por abuso funcional y sin previsión de la ley, encubrimiento agravado por la condición de funcionarios públicos y por ser el delito precedente especialmente grave e imposición de torturas”.
Vale recordar que, por el crimen de Lucas González, cometido en noviembre de 2021, en el barrio porteño de Barracas, ya fueron condenados en un primer juicio oral, nueve efectivos de la Policía de la Ciudad
En concreto, el 11 de julio concluyó el juicio oral, en donde el inspector Gabriel Alejandro Issasi, el oficial mayor Fabián Andrés López y el oficial Juan José Nieva, fueron condenados a prisión perpetua por el delito de “homicidio quíntuplemente agravado por haber sido cometido con arma de fuego, alevosía, por odio racial, por el concurso premeditado de dos o más personas y por ser integrantes de una fuerza de seguridad”.
A su vez, en el mismo debate, a cargo del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) Nº 25 de la Ciudad de Buenos Aires, fueron condenados a penas de entre 4 y 10 años de prisión por otros delitos los policías Sebastián Jorge Baidón, Roberto Orlando Inca, Juan Romero, Rodolfo Ozán, Fabián Du Santos y Héctor Cuevas.
Allí, Héctor Cuevas declaró que Torres,actualmente con prisión preventiva, le proporcionó el arma a Issasi para que éste la colocara en el interior del auto utilizado por Lucas González (17) y sus amigos al momento de ser tiroteados por los policías.
“La prueba recolectada conduce a afirmar con convicción que el imputado estaba en cabal conocimiento de lo acaecido con los damnificados y participó activamente del plan armado posteriormente para justificar el accionar de los miembros de la Brigada”, destacó la fiscalía.
Tal como estableció la fiscalía y probado en el juicio oral de julio, los Policías de la Ciudad intentaron “enmascarar” su accionar ilícito e informaron falsamente a las autoridades judiciales que se había tratado de un “enfrentamiento armado”.
“Dentro de ese entramado en la ‘mise en scene’, el personal policial colocó un arma de utilería en el interior del automóvil en el que se desplazaban los damnificados, justamente para reforzar la versión inicial de los preventores y, por ende, mantenerlos injustificadamente privados de su libertad”, destacaron Gómez Barbella y la auxiliar Fiore en el requerimiento de elevación a juicio.
En tal sentido, la fiscalía puntualizó que “el encausado (Torres), inmediatamente después del supuesto ‘enfrentamiento armado’, se dirigió junto a Issasi hasta la dependencia policial donde prestaba funciones para tomar un arma de utilería que le entregó a su acompañante para que la coloque dentro del rodado” de las víctimas.
“Este accionar se condice también con otras pruebas, entre ellas, la conversación que Cuevas mantuvo al día siguiente del hecho con un individuo al que le refirió ‘lo que hicieron los polis no tiene nombre’, ‘unos dementes’, ‘encima le ponen una pistola de juguete’, ‘yo fui el primero en llegar y vi todo lo que hicieron’”, remarcaron desde la Fiscalía.
El crimen de Lucas González
Lucas González, de 17 años de edad, y sus amigos fueron atacados a balazos el 17 de noviembre de 2021 cuando salieron de entrenar del club Barracas Central y regresaban a sus casas a bordo de un Volkswagen Suran.
En detalle, los cuatro amigos y Lucas González fueron interceptados por un Nissan Tiida en el que circulaban tres policías de la Brigada 6 de la Comuna 4 a la altura del cruce de las avenidas Iriarte y Vélez Sarsfield.
Como no tenían identificación policial, los chicos pensaron que podían ser ladrones e intentaron escapar, momento en que los efectivos les dispararon y dos balazos impactaron en la cabeza de Lucas González, quien murió al día siguiente en el hospital El Cruce de Florencio Varela.
Tras ello, en la escena se montó un operativo tendiente a encubrir lo sucedido y a hacer pasar el hecho como un tiroteo con delincuentes, para lo cual, incluso, plantaron una réplica de arma en el auto de los chicos.
En tanto, los tres amigos de Lucas González fueron esposados y trasladados en calidad de detenidos al instituto de Menores Inchausti, desde donde fueron liberados al día siguiente tras determinarse que no se trataban de delincuentes sino de adolescentes que habían salido de un entrenamiento de fútbol.