Familiares y amigos de Claudia Zalazar, una enfermera de 59 años que murió el pasado 27 de mayo, realizaron ayer una manifestación a las puertas de los Tribunales de Quilmes reclamando que su caso sea considerado un femicidio, y no un “homicidio agravado por el vínculo”.
“Desde el inicio la investigación estuvo plagada de irregularidades”, denunció Romina Llopar, hija de la víctima ante los medios. En primer lugar, se consideró su muerte como un “suicidio”, desestimando que no sólo presentaba golpes sino que tenía quemaduras en el 80% de su cuerpo.
La teoría inicial del fiscal interviniente, Jorge Saizar, era que se había intentado suicidarquemándose a lo bonzo. “Un absurdo”, expresó la hija, debido a que el día en que fue golpeada y quemada (14 de mayo) habían estado hablando para organizar el cumpleaños de la nieta de Claudia con entusiasmo.
Entretanto el acusado del crimen, expareja de Claudia, se encuentra libre y temen que se fugue a Chile. Por otra parte, una de las testigos que presenta el acusado es la madre de una policía que realizó peritajes en el lugar del crimen, por lo que familiares de Claudia consideran que la investigación estaría alterada por allegados al presunto criminal.
También consideran que la autopsia se encontraría viciada de nulidad porque asegura que la víctima tenía vesícula, cuando la misma le había sido removida en una operación años antes.
Romina explicó que recién se enteró de que su madre era víctima de violencia de género cuando, ya fallecida, tuvo acceso a su celular y a los chats que mantenía con una amiga, en la que le relataba las palizas recibidas y le enviaba fotos de las consecuencias de las golpizas.
Por todo esto reclamaron una reunión con el fiscal interviniente, y de lo contrario, con el fiscal General de Quilmes para que se recaratule el caso como “femicidio” y se rehaga la investigación.