En una jornada emotiva, el Concejo Deliberante de Florencio Varela declaró Héroes del Partido a cuatro valerosos soldados varelenses caídos en combate durante la Guerra de Malvinas. Miguel Ángel Arrascaeta, Pedro Alberto Orozco, Sergio Ariel Robledo y Ramón Agustín Zolorzano serán honrados con la colocación de sus imágenes en el transporte comunitario público de pasajeros, un gesto destinado a preservar y transmitir su legado a las futuras generaciones.
La iniciativa, propuesta por el presidente del Concejo Deliberante, Gustavo Rearte, recibió apoyo unánime al ser presentada ante el pleno del Concejo. El concejal Antonio Suárez argumentó la necesidad imperante de llevar a cabo eventos recordatorios en cada punto de referencia en los distintos barrios del distrito, enfatizando que no existe compromiso mayor que el de entregar la vida por la Patria.
Los representantes del Centro de Veteranos Héroes de Malvinas expresaron su agradecimiento una vez que la ordenanza fue aprobada por unanimidad. Este gesto de reconocimiento y homenaje no solo rinde homenaje a quienes dieron el máximo sacrificio, sino que también solidifica el compromiso inquebrantable por los derechos soberanos de Argentina sobre el territorio actualmente ocupado por Gran Bretaña.
En este sentido, se acordó la instalación de carteles conmemorativos en distintos puntos estratégicos del distrito, con el fin de mantener viva la memoria de los héroes y veteranos de Malvinas, así como de promover y reforzar la causa de la soberanía territorial.
Esta declaración, que resonará en el corazón de la comunidad varelense, busca preservar el legado de aquellos que, con valentía y sacrificio, defendieron los ideales de nuestra nación en las Islas Malvinas. Su memoria perdurará en los recuerdos de los habitantes de Florencio Varela y será transmitida de generación en generación como un testimonio inquebrantable de amor por la Patria.
Uno por uno los Héroes de Varela
Miguel Angel Arrascaeta nació en la zona La Capilla de Florencio Varela y trabajaba el tambo con su familia. Participó de la guerra de Malvinas como soldado conscripto del Regimiento 7 de La Plata y ofrendó su vida en defensa de la Soberanía Nacional la noche del 11 al 12 de junio de 1982 en Monte Longdon. Unos días de antes de esa cruenta batalla, Miguel había cumplido apenas 20 años.
Sergio Ariel Robledo era uno de los 11 hermanos de la familia. Nació en Quilmes, pero a los 9 años se mudó a Florencio Varela. En su momento, era fanático del rock nacional. Era hincha de River y jugaba al básquet y practicaba natación.
Formaba parte de una familia evangélica y, según sus hermanos, se ponía intratable cuando estaba de mal humor. Era un apasionado de los perros, criaba ejemplares de la raza doberman. Antes de la guerra, cuando su padre perdió su trabajo, llegó a cartonear para poder llevar la comida a su casa.
Fue uno de los últimos tres soldados argentinos que murieron en la guerra. Perdió la vida en la colina Sapper Hill. El escuadrón al que pertenecía no pudo enterarse del orden del cese al fuego y continuó batallando dos horas después del final de la guerra. Murió junto a Eleodoro Monzón y Roberto Leyes.
A Pedro Alberto Orozco, toda la familia lo llamaba Alberto o «Beto». Desde muy pequeño mantuvo una relación muy cercana con su hermano Adolfo, un año más grande. Compartían desde los gustos musicales hasta salir todos los fines de semana a diversos boliches de Florencio Varela.
En 1982, ambos fueron llamados para viajar a las Islas Malvinas. Adolfo, en su condición de cabo, lo hizo en la artillería antiaérea del aeropuerto, en el cabo San Felipe. Por su parte, Alberto lo hizo en Monte Longdon. El hermano mayor se enteró del arribo de «Beto» recién por un telegrama enviado por el padre de ambos.
Ambos hermanos no pudieron cruzarse en las Islas por cuestión de minutos. Cuando Adolfo lo fue a buscar a la llegada de un nuevo contingente, Alberto ya había partido hacia el monte. No volvieron a verse nunca más.
Después de numerosas versiones encontradas, Adolfo se enteró el 19 de junio de que su hermano murió durante un enfrentamiento terrestre con los británicos en el mismo Monte Longdon.
Ramón Solorzano, que hoy le de nombre a una de las escuelas de Florencio Varela, combatió en nuestras islas y se quedó allá “como raíz enterrada que algún día ha de brotar”, en el decir del poeta.
Los cuatro nombres son los héroes de Malvinas que cayeron en combate y que vivía en territorio varelense. Se suman a la triste lista de los caídos en la posguerra. Y, por supuesto, a los sobrevivientes que llevan en el alto el estandarte de la lucha.
Fuente: Infosur