En una experiencia singular de la que participaron tres personas privadas de libertad de una cárcel de Florencio Varela y una oficial del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB), elaboraron una prótesis para un brazo con impresoras de tecnología 3D.
La iniciativa se desarrolló en la Unidad 42 del SPB en el marco del programa “Más Trabajo, menos Reincidencia” que impulsa el ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires, a cargo de Julio Alak.
El beneficiario de esta inédita actividad resultó un liberado, un hombre que cumplió una condena en la cárcel de Florencio Varela mencionada.
Bajo el proyecto piloto en Salud Social para Prevenir la Reincidencia se elaboró la prótesis para Andrés, un mecánico de 39 años, quien vive junto a su pareja y su pequeña hija.
Andrés sufrió la amputación de su brazo derecho a la altura del codo luego de un accidente de tránsito hace 11 años, lo que por un tiempo le impidió seguir trabajando, y luego, según cuenta “la desesperación y las malas decisiones” lo llevaron a cumplir una pena que terminó en marzo último.
Durante su paso por la cárcel Andrés ingresó al programa piloto en Salud Social para Prevenir la Reincidencia, desde donde surgió la posibilidad de fabricar una prótesis. “Estoy contento, con mucha expectativa, yo estoy trabajando igual pero con esto voy a depender menos de la ayuda de mi señora”.
Edgardo, Julio y Nahuel están privados de su libertad alojados en una de las casas de la Unidad 42 y entre diferentes actividades que están llevando a cabo para capacitarse laboralmente están incursionando en la impresión 3D.
Edgardo cuenta que “nosotros queremos salir mejor de acá, no queremos volver. Tuvimos la posibilidad de comprar una impresora 3D y nos estamos capacitando para lo que puede ser una salida laboral, ahora estamos imprimiendo souvenirs, apoya celulares y juegos de ajedrez, pero recién empezamos y queremos aprender mucho más”.
Sobre la posibilidad de ayudar a un liberado, Julio dijo que “nos llegó la propuesta y nos gustó mucho la idea, sabemos que necesita sus manos para trabajar porque es mecánico, y nosotros todo lo que sea trabajo solidario nos reconforta el doble, porque sabemos que no solo seguimos capacitándonos sino que ayudamos a alguien más”.
Verónica Rivas, la agente penitenciaria que también imprimió una parte de la prótesis y coordinó el trabajo con los internos, comentó: “Fue un proceso muy arduo, de mucho trabajo, de buscar los modelos de prótesis y cuando finalmente dimos con el que necesitábamos escalarlo, pero que más allá de ser una ayuda para que Andrés pueda seguir trabajando también les deja una enseñanza a ellos y los incentiva a seguir por el camino del estudio y el trabajo”.
Luciana Carta, la directora de este programa, precisó que “se propone acompañar a la persona en su proceso transformacional, desde el aprendizaje y la escucha”.
Por último, Edgardo comentó emocionado: “Mi hijo va a una escuela técnica y yo también estoy estudiando y siento que puedo ayudarlo, nosotros también estamos dentro del programa Pabellones Literarios y estamos leyendo un montón, sabemos que el estudio y el trabajo son el camino y de ahí no queremos apartarnos”.
Participaron en el acto de entrega de la prótesis el Subdirector General De Asistencia y Tratamiento, Eduardo Pepe, el Subdirector General de Recursos Humanos, Manuel Chamorro y el Subdirector General de Gerenciamiento Asistencial y Tratamental, Jorge Ruiz.
También acompañaron el jefe del Complejo Penitenciario Florencio Varela, Nelson Castro, el director la Unidad 42, Lucas Mendiberry; la directora de Control de Gestión de Actividades Asistenciales y Tratamentales, Luciana Carta; el director del Centro Coordinador del SPB- Patronato de Liberados, Emiliano Licursi; subdirectores Territoriales del Patronato de Liberados, personal del departamento de Discapacidad, de la subdirección General de Educación y la directora de la Red Creer, Florencia Sequeira.