El intendente de Florencio Varela, Andrés Watson, acompañado por el ministro de Obras Públicas de la Nación, Gabriel Katopodis, y vecinos celebró la culminación de “un proyecto transformador” en la intersección de Parillo con Contreras para sellar las labores ejecutadas en 21 cuadras tras entubar el arroyo Jiménez.
“Mi reconocimiento a todos los sectores involucrados en motorizar este objetivo que cambió la vida a cientos de personas”, afirmó el Mandatario comunal sobre una construcción que “parecía imposible cuando recorríamos aquel canal a cielo abierto; al desbordarse por las lluvias, ocasionaba lamentables pérdidas a cada frentista, riesgos sanitarios y ambientales”.
Con fondos federales y municipales, instalaron un nuevo parque lumínico LED, rampas, forestación, equipamiento, un playón deportivo, juegos infantiles, entre otros elementos pensados para la reorganización del espacio público.
Por otro lado, previeron la pavimentación en cinco cuadras: dos en Parillo, entre Contreras y Alem -ambos márgenes-, otras dos en Batalla de Ituzaingó, entre Almafuerte y Constitución más una en Parravicini, entre Senzabello y Esposos Curie.
Katopodis destacó la canalización del arroyo y la urbanización. “No lo tuvimos que contar, lo pudieron ver concretado acá”, y recordó la evolución de “un zanjón a una calle”. Llamó a “construir un país solidario, con más escuelas, Estado, salud, vivienda”.
Estuvieron presentes funcionarios tanto nacionales como comunales, instituciones, representantes junto a estudiantes de la Técnica N°2 quienes participaron en forma activa de la planificación para la región.
Antes y después
Jimena rememoró: “En verano había malos olores, muchos insectos y roedores por doquier. Las inundaciones fueron horribles. Mis suegros, quienes eligieron este lugar para vivir durante los últimos 30 años, la pasaron muy mal. Sobre todo por las promesas que les habían hecho”.
“Maravilloso, increíble”, definió la mujer sobre las obras finalizadas “fundamentales para el tiempo libre de los chicos, incluso para las escuelas, a quienes tuvieron en cuenta al momento de diseñar el proyecto”.
Ana, comerciante de la zona, vio en el barrio “una revolución”. Pensó en “adaptarnos a la novedad, fue una transformación rotunda, sobre todo cuando estábamos acostumbrados a la zanja”.