A un año del fallecimiento de la futbolista de Argentino de Merlo su mamá concretó el sueño: presentó oficialmente la entidad que pretende ser un espacio para la contención de deportistas vulnerables. El preparador físico Fernando Signorini es el padrino de la institución y llamó la atención de las autoridades: “casos como el de Juli no pueden seguir pasando en el fútbol de los Campeones del Mundo”.
Vestida de negro y con una remera en donde se destacaba la figura de su hija, Juliana Gómez, Marisa no paró de regalar sonrisas y agradecimientos a cuanta persona se acercó al teatro Enrique Santos Discépolo de Merlo.
Sensaciones encontradas la atravesaban: se cumplía un año de uno de los peores días de su vida. Este cronista no se anima a calificarlo como el más oscuro porque ya había pasado esa experiencia imposible de imaginar como es perder a un hijo, cuando Juli era apenas una niña.
Pero el 8 de octubre de 2022 recibió esa lamentable comunicación con el siniestro vial en el que se apagó la vida de su jugadora favorita, quien volvía de disputar un partido de fútbol con el club al que representaba, Argentino de Merlo.
Desde entonces esa mujer derruida por la tragedia se propuso cambiar ese infierno por un fuego de vida, en donde ninguna otra familia pierda a algún integrante por el simple hecho de practicar un deporte. “Siento que con esta fundación ella vuelve a nacer”, comentó Marisa con lágrimas en los ojos cuando subió al escenario principal. Con esas palabras se llevó la primera ovación de la tarde.
“Claro que para mí es un día difícil”, también intentó justificar lo complejo que le resultaba estar al frente de semejante movida. “Pero estoy segura que mi negra va a estar en cada potrero en donde una piba patee una pelota”, continuó visiblemente conmovida. No había que esperar un gran discurso de mamá: expresó el sentimiento que la cruzó y le puso oraciones a un corazón que solamente ella puede comprender.
Después de un video que sintetizó los múltiples apoyos que cosechó en todo este tiempo en que ideó la fundación, con filmaciones grabadas por protagonistas de diversas disciplinas, subió a compartir sus expresiones el ‘profe’ Fernando Signorini, reconocido preparador físico de alta competencia que incluso fue entrenador personal de Diego Armando Maradona.
“Mis silencios de hoy van a ser más significativos que mis palabras. La verdad, no puedo creer que en el fútbol de los campeones del mundo pasen cosas como la de Juli, cuando todos tenemos un acuerdo social de que el deporte es lo más sano que pueden hacer nuestros chicos y chicas”, reflexionó.
En su alocución también pidió a las autoridades más compromiso para evitar tragedias que se llevan vidas por desidia. “Juli murió por no haber tenido un micro con el cual viajar con la seguridad que corresponde. Tenemos que cuidar a lo que más vale, que son nuestros hijos”, completó. Antes y después no dejó de sacarse fotos con quien se lo pidió.
Después de su manifestación Signorini recibió una medalla como padrino de la fundación. También tuvieron su presea simbólica las varias personas que colaboraron con el sueño de Marisa, principalmente la Asociación Civil 1 de Junio, presidida por la tía de Juliana. Y se leyó en público completa la carta que la futbolista fallecida había escrito y sus palabras de admiración por Juan Román Riquelme, el actual vicepresidente de Boca Juniors.
Paula Ojeda, responsable del Departamento de Género de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), entregó una plaqueta a la mamá de Juli en nombre del presidente de la casa mayor de la pelota, Claudio ‘Chiqui’ Tapia, quien por razones de agenda no pudo asistir.
Y también dejaron su salutación presencial Marcos Cianni, director provincial de Deporte Social, quien le agradeció a Marisa “el ejemplo” que brinda con su esfuerzo, y Lucas Scarcella, responsable del área de Desarrollo Social de Merlo, quien enfatizó: “el amor que le ponen será el motor de esta fundación”.
Como está escrito más arriba, Juliana falleció el 8 de octubre de 2022 tras volcar el auto en el que viajaba regresando desde la ciudad de Rafaela, en la provincia de Santa Fe. Había ido con sus compañeras de equipo Luján Benítez, Tatiana Corso y Aldana Vargas en el rodado conducido por Ricardo López, dirigente de Argentino de Merlo, quien en el kilómetro 128 de la Ruta 9 mordió la banquina, perdió el control y terminó dando vueltas con el vehículo.
Ese hecho mostró la vulnerabilidad de las chicas y las condiciones precarias en las que desarrollaban su actividad, a punto tal que, tras la muerte de Juli, el club merlense decidió levantar la actividad. Eso es lo que ahora Marisa se propone cambiar de una vez por todas. Y para siempre.