Fue escueta la indagatoria a Carlos Costa, el hermano del futbolista de Independiente Ayrton Costa que fue detenido hace 24 horas en el marco de la causa donde se investigan las circunstancias del femicidio de Agustina Belén Aguilar (21) en la casa que ambos compartían en Bernal.
“Yo no la maté. No tengo nada que ver. Me están reprochando un hecho injusto”, fue -palabras más, palabras menos- la frase que esbozó el sospechoso ante el fiscal del caso.
Luego, Costa se negó a responder las preguntas que le hizo fiscal Jorge Saizar, de la UFI N°5 de Quilmes, en referencia al caso que se investiga como “homicidio doblemente agravado por haber sido cometido por un hombre contra una mujer mediando violencia de género y por la relación de pareja previa”.
Ahora, Costa duerme nuevamente tras las rejas. Es que había salido de prisión con una domiciliaria 15 días del crimen de su ex pareja, tras cumplir tres de los 7 años y 8 meses de cárcel que le impuso el Tribunal Oral Criminal N°5 de Quilmes en una causa por robos reiterados (siete hechos). Ese beneficio le fue revocado cuando fue arrestado este miércoles tras ser acusado del femicidio de Agustina, quien lo había denunciado por violencia de género dos veces.
La detención de Costa se precipitó luego de que el juez de Garantías N°1 de Quilmes, Juan José Anglese, habilitó al fiscal Saizar para que allane la casa ubicada en Sargento Cabral al 700, de Bernal. Allí encontraron muerta a la joven, madre de dos niños de 3 y 5 años, el último domingo por la tarde.
La medida del magistrado se había acelerado después de que un forense que hizo la autopsia al cuerpo de Agustina aclarara algunas cuestiones inherentes al informe, donde se visibilizaban marcas compatibles con una asfixia mecánica en el cuello.
La autopsia había revelado que la víctima murió de un “paro cardiorrespiratorio no traumático” y los médicos detectaron una “insuficiencia cardíaca aguda y una insuficiencia respiratoria aguda” que podría ser compatible con una sobredosis, la familia de la chica siempre reclamó que se evalúe el femicidio, cuando el caso aún se investigaba como averiguación de causales de muerte.
“No presentaba lesiones de consideración, solo algunas marcas. Pero todo es ad referéndum de los estudios toxicológicos y complementarios”, había explicado una fuente judicial. Justamente, como detectaron signos de un posible mecanismo de asfixia en el cadáver, la causa mutó a la carátula de “homicidio agravado por el vínculo”.
El caso
Según lo que le dijo Costa a los policías que llegaron a la propiedad el domingo tras la muerte de Aguilar, ambos habían estado ingiriendo “bebidas alcohólicas y cocaína” y la joven “comenzó a convulsionar”, por lo que él intentó reanimarla haciéndole maniobras de RCP. A la altura del cuello, el hombre presentaba marcas de rasguños, pero las justificó diciendo que se las produjo cuando intentaba reanimar a la joven.
En tanto, también declararon las tres personas que habían estado con la pareja antes de la muerte de la joven. “Hablaron sobre el consumo, pero no la vieron descompuesta. Cuando todo sucedió estaban los dos solos”, explicaron.
En tanto, familiares de la víctima se manifestaron frente a la casa de Costa en reclamo de justicia, quemaron neumáticos en la calle y realizaron pintadas en las paredes con la leyenda “asesino”. Durante protesta, Alejandro, tío de Agustina, dijo al canal de noticias Crónica TV: “Fue un asesinato, fue un femicidio. No hay otra cosa”.