Días atrás cuando se cumplían 40 años del día que el pueblo argentino volvió a votar tras 7 años de la dictadura más atroz, la Comisión Provincial por la Memoria (CPM) realizó la apertura del XXII encuentro de cierre de Jóvenes y Memoria. Con el lema “40 años de democracia: derechos para todos, no hay libertad sin igualdad”, el encuentro que se realiza hasta el próximo 2 de diciembre reunirá a más de 18 mil jóvenes de 1.500 escuelas secundarias y organizaciones territoriales de casi todos los municipios bonaerenses.
Como cada año, este encuentro es el momento donde las escuelas y organizaciones que participan del programa de la CPM comparten los trabajos de investigación en memoria y derechos humanos realizados en su comunidad. En ese marco, la convocatoria de Jóvenes y Memoria es un espacio para escuchar las historias locales de estos años de democracia desde las voces, intereses y protagonismo de las nuevas generaciones. Las y los jóvenes como constructores de la democracia.
“Esto empezó mucho antes, cuando decidieron a principio de año participar de este programa, un año de preguntas, de compromiso, en un programa donde no se compite, donde no hay mejores ni peores, donde ganamos todes. Porque lo que nos hace “mejores” el encuentro con el otre”, señaló la directora general de la CPM Sandra Raggio. Y agregó: “Marcados por estos 40 años, hay que hacer memoria de la democracia, una memoria atravesada por la experiencia del terrorismo de Estado y también por la experiencia de esta democracia, donde se han conquistado derechos pero que todavía tiene muchas deudas pendientes, de eso también hablamos en Jóvenes y Memoria”.
La continuidad de la violencia estatal, por ejemplo, es una de esas deudas y es uno de los temas que año a año investigan las escuelas y organizaciones que participan de Jóvenes y Memoria. Durante el acto de apertura, las y los jóvenes del Sedronar de Punta Indio presentaron el documental “Sebastián Nicora, 10 años de impunidad”, la historia del joven que fue asesinado en la noche del 14 de febrero de 2013 en el Balneario El Pericón de Punta Indio. “Presentamos este trabajo con el mensaje de seguir exigiendo justicia porque no sabemos aún quién mató a Sebastián. No lo sabe la comunidad, tampoco su mamá, Fernanda, que murió luchando en el pedido de justicia”, expresaron los jóvenes en su presentación.
“Sebastián era un pibe con problemas de adicciones, con dificultad para terminar la escuela, sin proyectos en la comunidad que lo abracen. Como tantas historias de pibes estigmatizados, señalizados por una parte de la comunidad y luego víctimas de la violencia estatal. La lucha de su mamá Fernanda Nicora empezó a hacer un camino y tuvo un rol principal en la fundación de la Red de familiares víctimas de la tortura y otras violencias estatales de la CPM, una red que construimos para fortalecer la organización de familiares, frente a un Estado que no da respuesta a su dolor”, destacó el secretario ejecutivo e integrante de la CPM Roberto Cipriano García.