Dos mujeres de nacionalidad paraguaya fueron detenidas por personal de Aduana al ser descubiertas llevando 137 cápsulas y paquetes con cocaína cuando pretendían tomar un vuelo rumbo a Roma vía Madrid, mientras que un brasileño fue apresado tras ingerir 84 cápsulas de esa droga, informaron voceros del organismo de seguridad.
Los voceros explicaron que las detenidas que oficiaban de «mulas» fueron detectadas por el can Body ante la presencia de cuerpos extraños en sus partes íntimas, por las que fueron retenidas en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza por agentes especializados de la Dirección General de Aduanas (DGA).
El procedimiento comenzó ante el check-in del vuelo IB 6844, de la empresa Iberia, con destino final Roma vía Madrid.
En ese momento, en el marco del programa Aircop, de las Naciones Unidas, al personal de la Aduana le llamó la atención la actitud corporal de las pasajeras, a las que notaron muy nerviosas e incomodas.
Ante las dudas y tras realizar un análisis de datos de las pasajeras, decidieron realizar un control más exhaustivo, amplía la información.
Las respuestas de las mujeres lo único que lograron fue aumentar las sospechas de los agentes de la Aduana, dado que no lograban contestar nada con total certeza.
Los voceros indicaron que el total de cocaína que transportaban las «mulas» llegaba al 1,77 kg que se puede vender a USD 80.000 en Europa.
Las detenidas quedaron a disposición de la Justicia federal.
En tanto, un hombre de nacionalidad brasileña fue detenido por personal de la Aduana cuando intentaba viajar como «mula» tras haber ingerido 84 cápsulas de cocaína, con destino a la ciudad española de Málaga vía París.
El operativo comenzó cuando el acusado se presentó para realizar el check in de un vuelo de Air France.
Dado el estado de nerviosismo que presentaba el pasajero, el personal aduanero sospechó que algo ocultaba.
Durante la entrevista, el ciudadano de Brasil no logró explicar el motivo del viaje ni quien había comprado el pasaje aéreo.
Además, dado el trayecto que realizaba, los agentes pensaron que podría estar ocultando drogas.
Ante todos los indicios, los guardas inspeccionaron su equipaje pero no encontraron nada.
Dado que las dudas persistían, decidieron utilizar otro método de control: el body scan.
Las imágenes confirmaron las sospechas del personal aduanero dado que mostraban cuerpos extraños.
Ante la posibilidad de que se tratase de un método de ocultamiento de estupefacientes, se internó al pasajero en un centro médico y lograron confirmar que había ingerido cápsulas con droga.
En total eran 84 y contenían 1.134 gramos de cocaína que en el país de destino se podría vender a 51.000 dólares