La Justicia penal de La Plata absolvió a una funcionaria judicial acusada de esconder el expediente sobre la búsqueda de los restos del estudiante de periodismo Miguel Bru, asesinado bajo tortura policial en agosto de 1993, informó una fuente judicial.
Se trata de Patricia Tassano, funcionaria de la fiscalía a cargo del exfiscal Fernando Cartasegna, donde en el 2017, durante un arqueo que realizó la Procuración General bonaerense, se detectó que el expediente de 11 cuerpos del Caso Bru no estaba.
El expediente fue hallado casi una semana después, en un cuarto cercano al despacho del fiscal, que en esos momentos estaba con licencia médica e internado en una clínica psiquiátrica por sufrir estrés derivado de una crisis emocional.
Durante esta jornada, el juez Andrés Vitali absolvió a la mujer luego de oír el testimonio de Rosa Schonfeld de Bru, madre del estudiante y de que el fiscal de juicio Jorge Paolini desistiera de la acusación.
“En ese banquillo tenía que estar sentado Cartasegna, que cometió un montón de irregularidades y que siempre se escondía, se negaba a atenderme o a escuchar sobre algún posible testigo”, explicó a Télam Rosa Schonfeld.
Contó que “al ver a esa doctora (por Tassano) sentada ahí no entendía qué hacía allí, ella siempre había demostrado humanidad al ver el maltrato de Cartasegna”.
“Yo no tenía nada que hablar (mal) de esa doctora”, remarcó Rosa Schonfeld de Bru, quien insistió que quien debía haber sido juzgado era “el fiscal Cartasegna”.
En agosto de 1993, Miguel Bru, un estudiante de Periodismo de 23 años, denunció a efectivos de la comisaría 9na. de La Plata por un allanamiento ilegal en su casa y, a partir de ese momento, comenzó a ser amenazado y hostigado para que retirara la denuncia.
Según consta en los expedientes, Miguel fue secuestrado cerca de la localidad de Bavio, en el partido de La Plata, el 17 de agosto de 1993, y las declaraciones de varios detenidos y las pericias en el libro de guardia permitieron comprobar que fue ingresado en esa seccional, entre las 19 y las 20, donde fue visto por última vez mientras era torturado.
En 1999, en el marco de un juicio oral y público, se condenó a perpetua al exsubcomisario Abrigo, quien murió en la cárcel; y el sargento Justo López, por el homicidio y desaparición, mientras que por encubrimiento fueron sentenciados el excomisario Domingo Ojeda y al exoficial Ramón Ceressetto.