El papa Francisco expresó su mensaje por la Nochebuena y Navidad y dijo que “nuestros corazones están en Belén”, en una posición en la que remarcó nuevamente su claro rechazo a la guerra en Israel.
“Esta noche, nuestros corazones están en Belén, donde el Príncipe de la Paz es una vez más rechazado por la lógica inútil de la guerra, por el choque de armas que aún hoy le impide encontrar un lugar en el mundo”, expresó Francisco en la misa de este domingo.
El Sumo Pontífice solicitó una vez más el alto al fuego, al mismo tiempo que expresó que el nacimiento de Jesús ofrece un marcado contraste con el “poder del mundo” y el deseo de “poder, fama y gloria”.
A su vez, agregó que cuando Jesús nace “ninguno de los poderosos se fija en él”. Por lo tanto, instó a los creyentes a no ver a Dios en “términos paganos” como “un poderoso potentado en el cielo”, quien se vincula al “poder, al éxito mundano y a la idolatría del consumismo”.
Luego, afirmó que Dios es sinónimo de “la cercanía, la compasión y la ternura”, de modo que no “irrumpe en escena con un poder ilimitado”. Y destacó: “Desciende a los estrechos confines de nuestras vidas”.