Un rastrillaje se realizó ayer en un campo de la localidad de Brandsen donde los investigadores señalaron como el último sitio en el que emitió señal el teléfono celular de Lucas Escalante, el joven de 26 años que desapareció en diciembre de 2022 junto a su amigo Lautaro Morello, quien apareció asesinado días después, en una causa que está elevada a juicio con un comisario mayor, su hijo, su sobrino y a otros policías imputados.
Fuentes judiciales señalaron que el operativo se llevó a cabo en un campo ubicado en la mencionada localidad del sudoeste del conurbano bonaerense.
Del rastrillaje participaron la División Homicidios y Búsqueda de Personas de la Policía Federal Argentina (PFA), junto a canes y drones.
“Es un campo donde se emitió la última ubicación que había dado señal el celular de Lucas”, afirmó Romina Escalante, hermana del joven desaparecido.
Sin embargo, el resultado del rastrillaje dio negativo, según confirmaron voceros judiciales.
El fiscal Daniel Ichazo, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 1 de Berazategui, ordenó el procedimiento luego de que elevó dos semanas atrás a juicio la causa que tiene procesados al excomisario mayor Francisco “Coco” Centurión, a su hijo Cristian Alejandro y a su sobrino Maximiliano Tomás, en un caso en el que, según la investigación, los acusados y al menos una de las víctimas hacían negocios con los vales de combustible destinados a móviles policiales.
Además, el fiscal solicitó que otros cinco policías bonaerenses sean también sometidos a juicio, acusados de haber encubierto el hecho.
Según el requerimiento a elevación a juicio, Ichazo les imputó a los primos Centurión los delitos de “homicidio doblemente agravado por alevosía y ensañamiento (que tuvo como víctima a Lautaro) en concurso real con privación ilegal de la libertad agravada por ser cometida con violencia (cuya víctima fue Lucas)”.
En tanto, al comisario Centurión -quien fue detenido 17 de julio de este año, es decir siete meses después que su hijo y que su sobrino-, se lo acusó de los delitos de “sustracción de caudales públicos en concurso real con privación ilegal de la libertad agravada (de Lucas) por haber durado más de un mes y por ser cometida con violencia y, alternativamente, por homicidio agravado para procurar la impunidad para sí o para otro”.
Como imputación alternativa, para el representante del Ministerio Público, el exjefe policial asesinó a Escalante “con la finalidad de lograr la impunidad de su hijo y sobrino”.
En el requerimiento, el fiscal solicitó al juez Diego Agüero, titular del Juzgado de Garantías 6, que los tres imputados sean sometidos a un juicio por jurados en un futuro debate en los tribunales del Departamento Judicial de Quilmes.
Por otra parte, Ichazo también elevó a juicio a otros cinco policías, entre ellos al exjefe de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) de Quilmes, Luis Zaracho y el extitular de la comisaría de Bosques, Sergio Enrique Argañaraz.
El fiscal solicitó que ambos sean enjuiciados en un tribunal ordinario por los delitos de “encubrimiento calificado por ser el delito precedentemente grave y por su condición de funcionario público”.
Por su parte, a los oficiales Ramiro Yair Forchinito, Juan Manuel Britos y Damián Rodríguez se los imputó del delito de “encubrimiento”, señalaron los voceros judiciales.
En el marco de la misma investigación, también fue imputado de encubrir los hechos el sacerdote Fernando Papa, actualmente vicario de la iglesia Nuestra Señora del Huerto de San Francisco Solano, quien quedó procesado aunque sin prisión preventiva.
Escalante fue visto por última vez el viernes 9 de diciembre del 2022 en la localidad de Bosques, de Florencio Varela, cuando pasó a buscar a Morello para salir a festejar el triunfo de la Selección Argentina ante Países Bajos por las semifinales del Mundial de Qatar, a bordo de un auto BMW que al día siguiente apareció incendiado.
El cuerpo de Morello fue encontrado cerca de las 21.30 del jueves 15 de diciembre a la vera de la autopista en construcción Buen Ayre, en Guernica, partido de Presidente Perón, recostado boca abajo, “semicalcinado y en avanzado estado de descomposición” y, según la autopsia, la muerte se produjo por “asfixia mecánica”.
El último destino en el que quedó acreditado que estuvieron los dos amigos, en base a la declaración de testigos y por el análisis de antenas de celular y cámaras de seguridad, fue la casaquinta del comisario mayor Centurión, en la localidad de La Capilla, partido de Florencio Varela.
Si bien el móvil del hecho aún no está esclarecido, una de las hipótesis que se investiga es que Cristian y Maximiliano Centurión le ofrecieron como anzuelo a las víctimas los vales de nafta gratuitos que tiene la policía bonaerense para abastecer los móviles de combustible.