El papa Francisco expresó este domingo su deseo de viajar en la segunda mitad de este año a Argentina y reconoció que le preocupa la situación en su país porque “la gente está sufriendo mucho allí”.
“La gente está sufriendo mucho, es un momento difícil. En agosto debo ir a Polinesia y luego, si se puede hacer, iré a Argentina. Yo quiero ir”, precisó el sumo pontífice en declaraciones a la televisión italiana según detallaron hoy distintas agencias internacionales, como EFE y Ansa.
Vale recordar que el Presidente Javier Milei le envió una carta al papa Francisco —el miércoles de la semana pasada— para invitarlo a que visite la Argentina, en lo que sería la primera visita del sumo pontífice al país desde que está al frente de la Iglesia Católica.
Ayer el papa Francisco salió al aire en un programa de la televisión italiana —el programa Che tempo che fa (Qué tiempo hace) que conduce Fabio Fazio— desde la Casa Santa Marta, donde vive, y en el estudio lo recibieron con un largo aplauso., Cuando le preguntaron por su salud, respondió: “Me sale decir: estoy todavía vivo”. Sobre la eventualidad de una renuncia, respondió: “No es un pensamiento, ni una preocupación ni un deseo. Es una posibilidad abierta a todos los papas. Ahora no está en el centro de mis pensamientos. Mientras tenga la capacidad de servir, sigo adelante”.
El periodista le preguntó a Francisco sobre las guerras de Ucrania y las de Medio Oriente y su reflexión fue: “Es difícil hacer la paz, no sé por qué, pero es así. La guerra es destrucción. Cada día escucho a la parroquia de Gaza, es terrible todo lo que pasa: cuántos árabes e israelíes mueren. Dos pueblos llamados a ser hermanos destruyéndose mutuamente. Esto es la guerra, destruye. La escalada bélica me asusta. La capacidad de autodestrucción que tiene hoy la humanidad. Me pregunto cómo acabaremos, con las armas nucleares. ¿Acabaremos como el Arca de Noé?”.
“La guerra es una opción egoísta —agregó el Papa en su reflexión—. Es el acto de tomar para uno mismo. La paz es lo contrario, tiende la mano al otro. Las guerras no terminaron después de la Segunda Guerra Mundial”.
Luego, el Papa nuevamente apuntó a la industria armamentística: “Detrás de las guerras está el comercio de armas. Ahora mismo las inversiones que más dinero dan son las fábricas de armas: invertir para matar. Esto es una realidad. La guerra impide soñar. Quita la sonrisa a los niños, y eso es criminal”.
“El hombre es libre. Cuando un hombre poderoso decide hacer la guerra, lo hace en libertad. Muchas veces las guerras se prolongan también para probar nuevas armas. Los muertos son el precio que se paga”, agregó Francisco.
Francisco también admitió que “hay un precio de soledad que hay que pagar” porque “a veces no se aceptan las decisiones”. Sin embargo, consideró que “la mayoría de las veces no se aceptan las decisiones porque no se conocen”-
“Él bendice a todos los que son capaces de bautizarse, pero entonces la gente debe entrar en conversación con la bendición del Señor y ver el camino que Él propone. La pastoral de la Iglesia consiste en acompañarlos en esto”, explicó. También sostuvo que “Dios no se cansa de perdonar, es un juez compasivo” y recordó que “en 54 años de sacerdocio, sólo una vez” había “negado el perdón a una persona, por su hipocresía”.