El caso estremece por las características del mismo. Pocas veces un hecho provocó tanta conmoción como el homicidio de León Aquino, el bebé de 18 meses que murió luego de recibir golpizas, mordeduras y al que le clavaban agujas oxidadas a diario; ayer se realizó en los Tribunales de Quilmes la audiencia de ofrecimiento de pruebas que continuará la semana próxima a cargo del Tribunal Oral N° 1.
Por los hechos están imputados, la mamá Yésica Aquino (asistida por el defensor oficial Ignacio Tranquillini) y la pareja de la mujer, Roberto Fernández (patrocinado por la defensora Mercedes Bussola).
La audiencia fue presidida por el doctor Fernando Celesia y la fiscal María de los Angeles Attarian Mena expuso elementos al igual que los letrados de los encartados.
León Aquino tenía apenas 18 meses de vida. En septiembre de 2021 ingresó al hospital El Cruce de Florencia Varela gravemente herido. Su mamá, Yésica del Carmen Aquino, de 32 años, intentó convencer a su hermana de que su hijo se había ahogado con leche. Sin embargo, los médicos vieron los golpes que tenía el nene en su cuerpo y decidieron hacer una denuncia a las autoridades.
De acuerdo a los resultados de la autopsia, el bebé -que vivía junto a sus cuatro hermanos de entre 3 y 12 años- sufría maltratos prácticamente desde su nacimiento y murió a causa de una “septicemia traumática”.
Tal consta en la causa el bebé tenía golpes, pinchazos de aguja por todo el cuerpo y mordeduras en la zona del cuello. También extrajeron una aguja oxidada del cadáver al momento de su deceso.
Aquino y Fernández deberán responder por el homicidio de la criatura en carácter de autores y están acusados de “homicidio agravado por el vínculo, por alevosía y premeditación”, lo que prevé una eventual pena de prisión perpetua.