La Justicia de Quilmes condenó esta semana a la pena de 4 años de prisión y detuvo de inmediato en la sede del fuero penal a Luis Mejía Rivero, un ciudadano venezolano que vendía dosis de drogas camufladas en formato de golosinas durante la pandemia de coronavirus en Berazategui, Ezpeleta y distintos barrios de Quilmes.
Los hechos que se ventilaron en sede judicial se dieron en mayo de 2021, en plena pandemia y aislamiento cuando personal de la seccional sexta de Ezpeleta, comenzó a investigar a Mejía Rivero tras recibir denuncias sobre su actividad ilícita.
Según las denuncias, Mejía Rivero no solo vendía drogas, sino que las camuflaba en diversos productos alimenticios como bombones, alfajores, brownies, galletitas, caramelos y gomitas masticables.
Las autoridades siguieron a Mejía Rivero hasta el partido de Berazategui, donde observaron una transacción sospechosa frente a una vivienda. Tras aprehenderlo, confirmaron que estaba vendiendo productos con estupefacientes. A pesar de los esfuerzos por identificar a más implicados, no lograron desbaratar una red de narcotráfico más amplia, limitándose a detener solo a Mejía Rivero.
Días atrás la fiscalía, representada por la doctora María de los Ángeles Attarian Mena, había peticionado la condena para Mejía Rivero, requerimiento que fue respaldado por los magistrados del Tribunal Oral N° 1 de Quilmes que además de la condena a 4 años de prisión ordenaron la detención para el extranjero que estaba en libertad.