En la víspera del 23º aniversario de fallecimiento del siervo de Dios Jorge Novak, la diócesis de Quilmes recordó a su primer obispo con una misa que se celebró en la catedral local de la Inmaculada Concepción, con el lema “Jorge Novak, Profeta de Esperanza”.
La celebración fue presidida por el obispo de Quilmes, monseñor Carlos Tissera, que estuvo acompañado por el obispo de Avellaneda-Lanús, Marcelo Margni; el obispo auxiliar de Quilmes, Eduardo Redondo; el obispo emérito de Quilmes, Luis Stöckler, y por sacerdotes, diáconos y representantes de las distintas comunidades diocesanas, que se congregaron en el templo mayor de la diócesis a pesar del intenso frío.
La predicación de la homilía estuvo a cargo de monseñor Redondo, que comentó que “hacer memoria agradecida del padre obispo Jorge Novak nos remite a centrarnos en su pasión por Jesús y por la buena noticia del Reino”.
“Cuando lo escuchamos y leemos en tantos testimonios, nos conmueve el corazón, por ejemplo antes sus invocaciones incesantes al Espíritu Santo, pidiéndole su intervención ante tantas situaciones dolorosas e injustas. Fue un hombre de Dios que, en su compromiso, inspirado por el corazón pastoral de Jesús siempre expresó, compartió y estuvo presente allí donde la vida y los derechos estaban siendo atropellados, y donde la esperanza, en tiempos muy difíciles, era la bandera que la fe en el seguimiento de Jesús nos regalaba y nos provocaba a confiar en Él”, reflexionó.