La Justicia de Florencio Varela dictó en la víspera la prisión preventiva para un sujeto que tras la negativa de un comercio a expenderle alcohol provocó destrozos y una decena de policías debieron dirigirse al Barrio San Rudecindo para su aprehensión. Ahora enfrenta cargos por “lesiones leves, amenazas agravadas por el uso de armas, coacción agravada por haber sido cometida mediante el empleo de armas y resistencia a la autoridad, todos ellos en concurso real”; la medida fue dictada por el doctor Diego Aguero, titular del Juzgado de Garantías N° 6.
Según la denuncia, alrededor de las 17:00 horas del 16 de noviembre, Pablo Torres Bentancour se presentó en un comercio sito en la calle Laguna de Iberá, armado con una varilla de hierro tras la negativa a venderle bebidas alcohólicas. Con insultos y amenazas de muerte, intimidó al joven titular del negocio y a su madre, invitando a que saliera de la finca.
Posteriormente, en la intersección de las calles Laguna de Iberá y Altagracia, el agresor, acompañado por su hermano atacó al comerciante causándole una lesión cortante en una mano. A pesar de que la madre de la víctima llamó a la Policía, Torres Bentancour y su hermano lograron escapar tras nuevas amenazas.
Sin embargo, la pesadilla no terminó allí. Alrededor de las 18:30 horas, cuando efectivos policiales llegaron al lugar alertados por un conflicto vecinal, se encontraron con Torres Bentancour, quien se encontraba acompañado por un grupo de personas y portaba dos palos de madera con punta. El hombre resistió el arresto, agrediendo verbalmente y físicamente a los agentes, al menos una decena de uniformados debió intervenir con disparos de postas de goma para dispersar a los lugareños. Tras un forcejeo, fue reducido y detenido.
Con dichos elementos el juez Aguero en la víspera dispuso la prisión preventiva por lo que Torres Betancourt seguirá privado de la libertad.