Ante un hecho de inseguridad que involucró a la parroquia San José de Pompeo de la localidad de Remedios de Escalada, diócesis de Avellaneda-Lanús, el obispo diocesano, monseñor Marcelo Margni, expresó su solidaridad con esa comunidad parroquial, invitó a reflexionar y a “trabajar unidos por la justicia y la paz, buscando soluciones concretas ante esta problemática” y a “fortalecer las políticas de prevención y cuidado en nuestra sociedad”.
Por su parte, el párroco del templo, presbítero Marcelo Quintana, manifestó en una carta que “todos sabemos que la inseguridad, no responde a un tiempo en particular sino, que desde que el mundo es mundo, a lo largo de la historia, siempre lo ha habido. En estos tiempos que nos toca vivir, época de cambios sinuosos en la sociedad toda, experimentamos en carne propia, situaciones de inseguridad con mucha violencia en ocasiones”.
“Hoy -dijo- el clamor de justicia hasta en estos hechos delictivos se hace imperioso y necesario. No queremos buscar culpables, no se trata de echar culpas sino de ayudarnos entre todos a buscar respuestas, en un contexto de violencia, de delincuencia, que nadie quiere para sus barrios, y nos urge entonces, salir al encuentro de las causas de este dilema para buscar entre todos, soluciones viables”.
El sacerdote especificó que “en este caso, nuestra comunidad de Pompeo, reconocida por su historia, una comunidad de trayectoria, que trabaja mucho y pone su voluntariado al servicio con distintos proyectos de vida pastoral y social en el barrio, hoy se ve preocupada por encontrarse en esta situación de vulnerabilidad, como muchas familias con sus hogares”.
En ese contexto, aseguró que “ya hemos reforzado la seguridad de la parroquia, ahora damos un paso más, para colocar en todo su perímetro (que es muy amplio), cámaras y sensores con alarma, para resguardar las instalaciones y los bienes que pertenecen a la comunidad, que nos posibilitan llevar adelante todas las actividades que realizamos”.
“Pero también -subrayó- necesitamos ayudarnos entre todos, vecinos y otros actores que, desde sus instancias o mediaciones, puedan colaborar para re ajustar juntos las políticas de cuidado y de seguridad, como bien lo menciona el Papa en esa carta dirigida a Rosario: “sabemos que en el camino de la paz se deben transitar respuestas complejas e integrales, con la colaboración de todas las instituciones que conforman la vida de una sociedad. Es necesario fortalecer la comunidad. Todo pueblo tiene en sí mismo las herramientas para superar aquello que atenta contra su propia integridad'”.
Y finalizó: “En las palabras del Papa se nos marca un horizonte comprometedor, reconociendo que todos nos necesitamos, y que incluso, hasta en este dilema, necesitamos responsabilizarnos y trabajar unidos, para que los valores de la justicia y la paz, se hagan presente hoy, y forjar entre todos la sociedad que anhelamos y necesitamos”