La angustia crece con cada hora. Brenda del Castillo (20), Morena Verri (20) y Lara Morena Gutiérrez (15) fueron vistas por última vez el viernes 19 de septiembre en la rotonda de La Tablada, en Ciudad Evita. Desde entonces, sus familias no volvieron a tener contacto con ellas y el caso ya generó un fuerte despliegue judicial y policial en distintos puntos del Conurbano bonaerense.
La novedad más alarmante se conoció en las últimas horas: el celular de Lara, la menor del grupo, se activó por última vez ese mismo viernes a las 23:14 en Florencio Varela, exactamente en la calle Malta al 400, en el barrio Santa Rosa. Ese registro encendió las alarmas de los investigadores y trasladó la búsqueda hacia el distrito varelense, donde anoche se realizaron allanamientos y rastrillajes en varias manzanas.

La calle Malta ocupa el centro de la escena en los allanamientos, pero también hay procedimientos en las calles Chañar y Río Jáchal, cruzando la Ruta 53, en el barrio Mayol, que también fueron cerradas al tránsito. Por lo cual, el operativo alcanza las barriadas de Santa Rosa y Mayol, con móviles policiales, drones y perros rastreadores que trabajan en conjunto con la Justicia.
Angustia y expectativa
En paralelo, familiares y allegados de las jóvenes se movilizaron para difundir sus rostros en redes sociales y pidieron colaboración de la comunidad. “Necesitamos que aparezcan, que vuelvan a casa. No podemos más con esta incertidumbre”, expresó entre lágrimas la madre de Brenda en declaraciones televisivas.
Los investigadores no descartan ninguna hipótesis, desde una desaparición forzada hasta la posibilidad de que las chicas hayan sido retenidas contra su voluntad. Por eso, remarcan la importancia de que cualquier vecino que haya visto algo en la zona se acerque a declarar.
El caso, que comenzó en La Matanza, ya involucra a Florencio Varela como escenario central de la pesquisa. La Justicia busca reconstruir el recorrido de las tres amigas y confirmar si efectivamente estuvieron en el distrito tras salir de Ciudad Evita.
Mientras tanto, las familias permanecen en vigilia. El recuerdo de la última vez que las vieron —juntas, sonrientes, despidiéndose en la rotonda de La Tablada— contrasta con el silencio desesperante de sus celulares.
“Cada minuto cuenta”, repiten los investigadores, en una carrera contra el tiempo donde la pista del celular en Varela y los allanamientos se convierten en el foco de todas las miradas.
Fuente: Infosur