Fueron más de dos horas de declaración, un perito de parte de la defensa de uno de los imputados no dudó: “si hubiera estado el disyuntor no hubiese pasado el hecho trágico de Iñaki; había conexiones que no eran reglamentarias”, fueron parte de los dichos del idóneo que brindó su testimonio en el juicio por la muerte de Iñaki Bohn Rioboo; el pequeño que murió tras recibir una descarga fulminante en 2017 en el barrio privado Altos de Hudson II en Berazategui. Debido a lo extenso de la detallada declaración el proceso seguirá la semana próxima.
Por los hechos están imputados Santiago Domingo Collavini -administrador y desarrollista del complejo-; Rubén Levy -electricista matriculado- y Héctor Lucero -encargado de mantenimiento- que siguen atentos cada una de las audiencias. En la víspera declararon varios testigos, un vecino que se mostró renuente e inseguro y que en la mayoría de las consultas se limitó a decir que no recordaba debido al paso del tiempo, ni siquiera los nombres de sus vecinos en el complejo donde vivió varios años.

Sin embargo el testimonio más contundente fue el de un perito ofrecido por la defensa de uno de los imputados que explicó con pormenores las normativas como reglamentaciones en relación a como deben ser las instalaciones eléctricas: “de las instalaciones observamos muchos cables sueltos y dentro de la farola había cables cortados remendados y unidos con otros. En mi conclusión enfaticé en la gran falta de mantenimiento y abandono que derivaron en problemas de seguridad”; luego a preguntas de los letrados Fernando Burlando, Fabián Amendola y Carlos Zimerman (particular damnificado) precisó que “había conexiones que no eran reglamentarias, solo en el SUM había disyuntor y no en las farolas exteriores, como le pasó a Iñaki le podía haber pasado a otra persona; insisto el disyuntor hubiera sido clave porque hubiera saltado la energía y provocado un corte, así se habría evitado lo que pasó…”.
El fiscal Jorge Squeo como el particular damnificado y las defensas de los encartados interrogarán a los testigos citados la semana próxima ya que se reprogramaron las audiencias en Yrigoyen 475.
El trágico suceso ocurrió el 22 de febrero de 2017. Iñaki jugaba con un grupo de amigos en la pileta de uso común del complejo cuando, al buscar una pelota fuera del agua, rozó una farola electrificada. A pesar de los intentos de reanimación en el UPA de Hudson, el niño falleció.
