“Un aumento generalizado de la precariedad y un deterioro de la capacidad de respuesta comunitaria.” Con esa definición, la presidenta del Consejo Social de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), Inés Iglesias, resume el contenido del informe “Situación de ollas populares, merenderos y comedores en la región. Actualización 2025”, de reciente elaboración, y la comparación interanual con 2024.
Iglesias es de formación farmacéutica y especialista en Diseño de Educación Superior y tuvo a su cargo la coordinación del trabajo de campo como de la redacción del informe.
El texto final desmiente tanto la narrativa oficial como los números del Indec sobre una supuesta reducción de la pobreza, apalancada en aumentos nominales de la Asignación Universal por Hijo (AUH). “Cada vez viene más gente y cada vez tenemos menos recursos para alimentarlos”, describió Lorena, que milita en la UTEP de Los Hornos.

Menos manos
“Menos recursos” no es solamente menos comida, En primer lugar, hay muchas menos manos disponibles que hace uno o dos años. Ocurre que el Potenciar Trabajo cambió de nombre, ahora se llama Volver al Trabajo, pero sigue clavado en 70 mil pesos desde la asunción de Javier Milei.
La consecuencia directa de esa decisión es que, quien tiene la posibilidad, hace alguna changa rentada para parar su propia olla, porque el ingreso que perciben por cocinar ya no sirve literalmente para nada. Así, la carga de trabajo cotidiana se hace más pesada al repartirse entre menos, hasta volverse literalmente insostenible y forzar el cierre de algunas instituciones.
“Por suerte el programa Mesa Bonaerense y el Servicio de Alimentación Escolar (SAE) hacen una tarea enorme”, resalta. Ambos, el MESA y el SAE, dependen del gobierno bonaerense y no del nacional.
“A nivel de los programas nacionales lo que observamos es una decisión deliberada de intentar la destrucción de la capacidad de respuesta comunitaria en los barrios populares, porque ese congelamiento es expulsivo de los comedores y organizaciones. La principal consecuencia que tiene esto es que los barrios se reconfiguran en torno a otro actor: el gran ganador de estas políticas son los narcos.
De hecho, durante la presentación las trabajadoras sociocomunitarias reivindicaron su rol como sostén de los comedores y ollas y reclamaron que su tarea tenga un reconocimiento monetario a la altura de su responsabilidad. “Muchas veces, ponemos nosotras de lo poco que tenemos”, afirman.
Menos garrafas
La energía también se reveló como un asunto altamente crítico. Para la mayoría de los comedores relevados, el acceso al gas envasado necesario para paliar la situación fuera del casco urbano platense, donde casi no hay gas de red, es un problema serio.
Si hace un año compraban tres garrafas al mes, ahora compran una. ¿Cómo se remplazan las otras dos? En algunos casos con leña y en otros casos, directamente, abriendo menos días por semana.
El uso de leña, a su vez, también presenta problemas. En primer lugar, porque las zonas periurbanas no son bosques y la leña allí es un bien finito y escaso. En segundo lugar, porque el precio de la garrafa desató una suerte de fiebre de la leña, que la hace aún más preciada. “Antes salías a buscar y en un ratito ya tenías. Ahora son horas y horas de caminar y buscar”, explica Lorena.
Por otro lado, cocinar con leña en verano, con temperaturas que ya superan los 30 grados, implica un riesgo para la salud. Por eso, en esta época del año, algunos comedores dejan de brindar almuerzo y se concentran en la cena.
Si el fenómeno se repite de ambos lados de la avenida General Paz, allí se encuentra la explicación para algunos de los presuntos “comedores fantasma” que denuncia haber encontrado el gobierno porteño. Tal vez deberían ir a buscarlos de noche, cuando la temperatura estival afloja al menos un poco.
Menos comida
“Es cierto que la AUH y la tarjeta Alimentar aumentaron por encima de la inflación, pero tan cierto como eso es que eso rinde mucho menos que hace un año. El dinero dura un porcentaje cada vez menor del mes”, informa Iglesias.
“Tenemos trabajadores formales en situación de inseguridad alimentaria, algo inédito, y hablamos de gente que sólo compra comida y paga algún servicio, porque dejaron de viajar en colectivo y hasta de renovar el calzado de los pibes”, agrega.
“A la vez, la AUH está enfocada en chicos de hasta cierta edad, pero las familias tienen una composición heterogénea, no son sólo chicos. Se da la paradoja de que los adultos que tienen la responsabilidad del cuidado sobre esos chicos no tienen ninguna protección del Estado. Ellos también tienen que comer para salir a buscar changas todo el día, para sostener la salud y la escolaridad de los pibes y el Estado no está mirando eso”, resume.
Menos confianza
“Si ya se sabe que el Indec, a pedido del gobierno, maquilló los números del crecimiento económico del último semestre, si ya sabemos que se empeñan en utilizar una canasta de bienes y servicios vieja para el IPC, ¿por qué creeríamos en los números de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH)?”, cuestiona Iglesias.
Ocurre que la EPH toma como referencia una serie de consumos que son más bien de clase media. Los autores del trabajo observan que, si sólo se midiera la comida, que es casi la totalidad del consumo de los sectores populares, les daría números mucho peores.
El Consejo Social de la UNLP
El plenario del Consejo Social está integrado por un representante por el Ministerio de Desarrollo Social de Nación, un representante por la Universidad Tecnología Nacional, un representante por la Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires, un representante por la Dirección de Agricultura Familiar del Ministerio de Desarrollo Agrario de la provincia, un representantes por la Subsecretaría de Hábitat de la Comunidad, dependiente del Ministerio de Desarrollo de la Comunidad bonaerense, un representante por la Defensoría del Pueblo, representantes de los municipios de Berisso, Ensenada, Brandsen, Magdalena y Punta Indio, y concejales deLa Plata.
También hay representantes por la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA) regional y provincial, un representante por la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), un representante por movimiento social con desarrollo en la región. Actualmente: la Agrupación María Claudia Falcone, el Movimiento Justicia y Libertad, el Frente Social Patria Grande, el Frente Carlos Cajade, la Agrupación Evita, Somos Barrios de Pie, la CTD Aníbal Verón, la FTV – Miles, el Movimiento Popular Nuestramerica, La Cámpora, el MTE, la CCC, Pueblo Unido, el Frente Grande LP, la Corriente Néstor Kirchner – Escuelita Eva Duarte y el Movimiento Evita.
También participa un representante por el Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos, un representante por la Federación de Instituciones Culturales y Deportivas de La Plata, representantes por Utedyc, un representante por Conicet regional, uno del Colegio de Ingenieros, uno por el Cecim, uno por Adulp, uno por Atulp y una veintena de representantes de las distintas secretarías y unidades académicas de la UNLP.
Fuente: Página 12
