El Tribunal Oral en lo Criminal N°1 de La Plata condenó a 26 años de prisión a Gerardo Tomás Ponce, exentrenador de básquet de los clubes Juventud y Sudamérica, al considerarlo responsable de múltiples abusos sexuales agravados contra menores que estuvieron bajo su cuidado entre 2005 y 2010.
El veredicto, pronunciado por los jueces Hernán Decastelli, Cecilia Sanucci y Emir Alfredo Caputo Tártara, fue recibido con un aplauso cerrado por las víctimas —hoy ya adultas— y sus familias, que presenciaron la lectura en la sala del tribunal.
Según determinó la Justicia, Ponce aprovechó su rol de educador y la confianza de los padres para acercarse a los niños, manipularlos y sostener un patrón continuo de abusos durante entrenamientos, viajes deportivos y encuentros en domicilios particulares. Los ataques incluyeron manoseos, exhibición de pornografía, sexo oral y otras agresiones sexuales reiteradas.

Las dos víctimas cuyos casos llegaron a juicio fueron representadas por los abogados Alfredo Gascón y Miguel Molina, mientras que la acusación estuvo a cargo del fiscal Jorge Paolini. El debate oral comenzó el 28 de octubre y estuvo marcado por testimonios desgarradores, pericias especializadas y la reconstrucción de hechos que los jóvenes habían mantenido en silencio durante años.
Uno de los elementos técnicos más contundentes fue la declaración de un perito informático que acreditó que desde la IP del domicilio de Ponce se enviaron, en 2008, mensajes anónimos con contenido sexual dirigidos a un menor, previo a la tipificación del grooming como delito. El imputado decidió no declarar ni someterse a evaluaciones psicológicas o psiquiátricas.
En los alegatos, Paolini solicitó una pena de 21 años al considerar que los ataques estaban probados. Por su parte, Gascón y Molina exigieron 50 años al definir la conducta del acusado como “sistemática, planificada” y señalar que se trataba de “un depredador que traicionó su rol de educador”.
La defensa, encabezada por Gastón Nicocia, pidió la absolución y cuestionó la valoración de las pruebas. Incluso presentó fotografías del entrenador compartiendo actividades con los menores años después, con el objetivo de desacreditar los relatos de las víctimas.
Finalmente, el TOC 1 dio por acreditada la acusación y aplicó una de las penas más altas de los últimos años en la ciudad para delitos contra la integridad sexual de menores. Ponce, detenido desde 2021, continuará preso mientras su defensa analiza eventuales apelaciones.
