Mia fue noticia semanas atrás ya que padece secuelas de una mala praxis; ayer lamentablemente se descompensó y su madre debió trasladarla de urgencia al Hospital de Alta Complejidad El Cruce de Florencio Varela. En diálogo con Data Judicial, Viviana Rodríguez, mamá de la pequeña dijo que “luego de nueve meses vino una doctora especialista en kinesiología, la sesión fue muy intensa y a partir de eso entró en un estado crítico. Los profesionales del centro nos indicaron que ella debe tener atención leve y progresiva”
Vale recordar que este medio reflejó como la obra social de la Unión Tranviarios Automotor incumple un fallo judicial por el que la pequeña debiera tener una atención integral, interdisciplinaria a diario, cosa que no es acatada por los responsables del gremio.
Más allá de que existe una resolución del Juzgado Federal de Quilmes que ordena a los responsables del gremio la cobertura al 100% de su tratamiento, el sindicato no la acata, presenta recursos constantemente y la salud de la pequeña se deteriora día a día. La pequeña reside junto a su familia en Florencio Varela, pasa sus días recostada en un colchón, sin embargo el amor de sus padres puede más que todo, pero enfrentan a la máquina de impedir: la burocracia de nuestro país. La niña sufre por secuelas de una mala praxis en una clínica de Quilmes, tal como consta en la resolución del juez Luis Antonio Armella referido al diagnóstico que marca “discapacidad por parálisis cerebral con retraso mental severo: “Síndrome de West”.
Viviana Rodríguez y Pablo Novillo son los papás de Mia, tienen una entereza que conmueve ante tanta impotencia: “solo pedimos que la obra social nos de lo que corresponde ante la salud de mi hija que se está deteriorando a diario, porque siempre nos meten un amparo y no cumplen con lo que marca la ley”. La última presentación es del 7 de junio donde se obliga a la demandada (obra social de la UTA) a cumplir de manera urgente con los tratamientos a la pequeña, sin embargo a pesar de llamar todos los días los padres de la nena son víctimas de la burocracia.
A más de un mes la UTA sigue sin acatar el fallo del juez Luis Armella.