Comenzó ayer en los Tribunales de Quilmes a cargo del Juzgado Correccional N° 3 el juicio contra Juan José Silva, prefecto acusado de haber matado a Marcos Acuña, un joven que estaba en inmediaciones de Elustondo y República del Líbano. Organizaciones del Colectivo contra el Gatillo Facil marcharon a la sede judicial y declararon tres testigos -dos policías y un vecino- que coincidieron en que la víctima como los otros dos jóvenes que lo acompañaban no estaban armados.
La jornada comenzó con momentos de tensión cuando los manifestantes fueron informados que no podían ingresar a presenciar el juicio. Vale remarcar que por medidas de seguridad por el COVID 19 puede haber un máximo de 20 personas en la sala en total. Allí bloquearon el ingreso a la sede de Yrigoyen 475, produciéndose discusiones con algunos letrados que analizan por estas horas elevar denuncias por “imposibilitar el acceso al servicio de justicia”. Finalmente luego de mediar el doctor Eduardo Soares, de la Gremial de Abogadas y Abogadas, comprendieron la situación y se inició la jornada de audiencia. En primer término brindaron su testimonio dos efectivos policiales que coincidieron en que “los chicos no estaban armados” y que los habían requisado como que los llevaron a la comisaría en calidad de testigos y que expresaban una y otra vez “mataron a nuestro amigo”.
Tanto el fiscal Alfredo Sampron Noel como el particular damnificado, María del Rosario Fernández y Eduardo Soares como el defensor del imputado Silva, Carlos Maggi expusieron los alegatos de apertura. Los hechos se dieron el 28 de agosto de 2015 alrededor de las 9; cuando el prefecto Silva disparó contra los jóvenes. Tras el crimen el oficial alegó legítima defensa y acusó a Marcos Acuña y sus amigos de intentar robarle.
Finalmente declaró un vecino de la zona que expresó que “en el barrio se decía que los chicos estaban pidiendo la hora y que el prefecto habría creido que estaban robando”; sin embargo a repreguntas de las partes enfatizó en que él solo eso lo había oido. Asimismo recordó haber visto como “Silva (a quien reconoció en la sala porque era cliente de su negocio) se ponía en posición de tirar”.
La jueza Julia Rutigliano dispuso un cuarto intermedio hasta las próximas horas cuando se realice una nueva audiencia a la que están convocados más testigos.