Un hombre que había sido excluido de su hogar tras una denuncia de su esposa por violencia familiar irrumpió armado en una Defensoría Civil de Florencio Varela y mantuvo como rehenes durante tres horas a dos empleados judiciales, hasta que se entregó y liberó a las víctimas ilesas luego de una negociación con efectivos del Grupo Halcón de la policía provincial, informaron fuentes judiciales y policiales.
El fiscal a cargo de la causa, Hernán Bustos Rivas, dijo a la prensa desde el lugar del hecho que el hombre quedó detenido y que los rehenes fueron liberados “sanos y salvos”, aunque detalló que uno de ellos, una joven empleada judicial, sufrió algunos cortes leves que el agresor le produjo mientras la mantenía bajo amenazas.
“Se lo logró deponer al delincuente mediante un gran trabajo de los mediadores del Grupo Halcón”, expresó Bustos Rivas minutos después de la detención del agresor, tras lo cual dio detalles de la dramática situación: “En todo momento el delincuente amenazó con matar a una chica que tenía sujeta. Durante las tres horas la tuvo sujeta permanentemente por la espalda sobre su lado derecho, mientras blandía una cuchilla con su otra mano, que era de tipo carnicero”.
El episodio se inició aproximadamente a las 10.50 en la Defensoría Civil 24, situada en la calle General Lavalle al 300, esquina Paz. Fuentes policiales señalaron que el hombre que mantuvo a los rehenes bajo amenazas fue identificado como Mario Luis Cáceres (47), quien permaneció encerrado en una oficina con dos empleados, a quienes amenazó con un arma blanca, estilo cuchillo de carnicero.
Según declaró Bustos Rivas, Cáceres “era un hombre violento que había sido denunciada por su esposa”, por lo que fue excluido de su casa y actualmente pesa sobre él una restricción dispuesta por juzgado de Familia 1 de Florencio Varela. El propio juez Germán Meiszner se hizo presente en el lugar y diálogo con Cáceres a los fines de que depusiera su actitud.
“Cuando él se vio objeto de una restricción, comenzó con el conflicto. Ante esa situación, vino con una mochila a la Defensoría, en la que tenía una cuchilla, e ingresó de forma imprevista y tomó de rehén a esas dos personas”, precisó el letrado, quien añadió que “era un día laborable normal” en la mencionada sede judicial.
En ese contexto, Bustos Rivas describió con detalle la dramática situación: “En todo momento tomó como escudo a la chica. La tenía como garantía para sus exigencias. En un momento, le levantó la remera mientras le apoyaba el filo de la cuchilla”.
Pasado el mediodía, cuando la toma de rehenes estaba en curso, se hizo presente en el lugar el Grupo Halcón de la policía provincial, para hacerse cargo de la situación y negociar con el atrincherado, que tenía un discurso “delirante”. “No había una exigencia concreta, lo que hacía dificultosa la negociación. El hacía un raconto de su vida y de sus padecimientos. Él planteaba su derrotero de problemáticas con su mujer y sus hijos que habían influido para que lo echen de la casa, pero no pidió por ningún familiar”, relató el fiscal.
Además, Bustos Rivas agregó: “En un momento empezó con un discurso místico, blandiendo el arma. Sobre un momento de final de las negociaciones, él pasó de rezar versículos de la biblia a pedir una bordeadora para trabajar”.
Finalmente, cerca de las 14, un grupo táctico del Grupo Halcón redujo a Cáceres, quien quedó detenido. Los rehenes, en tanto, fueron identificados por los mismos voceros como Sebastián Caballero, quien se desempeña como auxiliar letrado, y Agustina Galuedet, empleada de la mesa de entrada. “La chica tiene heridas lineales, en la espalda. Pero ambos están bien. Están en perfecto estado de salud y están siendo asistidos y contenidos por psicólogos del Ministerio de Seguridad” provincial, concluyó el fiscal a cargo de la causa.
El detenido fue trasladado a la comisaría 1era de Florencia Varela y quedó imputado por “privación de la libertad coactiva” por el fiscal Hernán Bustos Rivas, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 5 de Florencio Varela.