A días de las festividades de fin de año, los legisladores del bloque Confianza y Desarrollo (CyD) presentaron en la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires un proyecto de ley que busca prohibir el uso de artificios y artículos pirotécnicos sonoros y de estruendo, con la intención de proteger el medioambiente, reducir la contaminación sonora y resguardar la salud y la seguridad de los vecinos y animales.
La iniciativa establece multas para quienes usen y comercialicen este tipo de pirotecnia y fija que lo recaudado deberá destinarse al financiamiento de programas del Gobierno de la Ciudad vinculados a la accesibilidad e inclusión de las personas con discapacidad. Las mismas oscilarán entre las 200 y 50 mil unidades fijas, es decir, entre 159.702 y 39.925.500 pesos.
En los fundamentos del texto, los diputados aseveraron que “la evidencia es clara respecto de los impactos negativos que los ruidos explosivos generan, afectando de manera directa a personas, animales y al ambiente” y precisaron que “para muchas personas humanas y animales, el alto impacto sonoro produce estrés agudo, crisis de ansiedad, desorientación y daños auditivos. En el caso de las personas con Trastorno del Espectro Autista (TEA), los estímulos repentinos e intensos pueden provocar desregulación emocional y pánico”.

“La pirotecnia sonora también afecta de manera significativa a quienes padecen hipersensibilidad auditiva, un cuadro presente tanto en personas neurodiversas como en adultos mayores, pacientes con estrés postraumático, bebés y niños pequeños. En todos estos casos, el uso de pirotecnia sonora se traduce en un aumento extremo del malestar, daños a la salud e incluso riesgo de lesiones”, continuaron.
Asimismo, señaló que “el impacto negativo también alcanza a los animales que habitan en la Ciudad. El estruendo provoca respuestas de huida, taquicardia, desorientación, episodios de estrés intenso y, en muchos casos, extravíos o accidentes. Numerosas organizaciones de protección animal reportan, año tras año, un aumento de animales perdidos o lesionados durante las fechas de mayor uso de pirotecnia sonora”.
“La contaminación del aire y la generación de residuos peligrosos constituyen otro factor fundamental. Cada despliegue pirotécnico libera partículas finas, metales pesados y sustancias tóxicas que afectan la calidad del aire y el ambiente, lo cual agrava problemas respiratorios existentes y genera nuevos riesgos para la salud pública”, destacaron y concluyeron precisando que “esto no implica limitar las celebraciones, sino promover formas de festejo que no dañen la salud, no generen angustia ni pánico, y no expongan a otros a sufrimientos evitables”.
