Los jóvenes de la diócesis de Avellaneda-Lanús vivieron la Misión Juvenil Diocesana (MJD) días atrás, que este año se desarrolló en Gerli, Avellaneda, con el lema “Queremos ser jóvenes alegres anunciando tu amor”.
Organizada por el Servicio Diocesano de Pastoral de Juventud, la misión tuvo como sede el Oratorio Centenario Don Bosco, de la familia salesiana, y se desplegó en el territorio de las parroquias Nuestra Señora la Conquistadora y San Antonio de Padua.
Alrededor de un centenar de jóvenes de distintas comunidades de la diócesis recorrieron las calles del barrio, visitaron hogares y compartieron gestos sencillos de cercanía, escucha y anuncio del Evangelio.

A lo largo de los cuatro días, los jóvenes alternaron momentos de espiritualidad, oración, fraternidad y misión, y llevaron la alegría en medio de las casas y las familias que visitaron.
Espíritu misionero
La experiencia estuvo acompañada por el obispo de Avellaneda Lanús, monseñor Marcelo Margni, junto al presbítero Alan Rolón, delegado episcopal para la Pastoral de Juventud, y otros sacerdotes que se acercaron a compartir la misión, las celebraciones eucarísticas y las confesiones.
La Misión Juvenil Diocesana comenzó el jueves por la noche con la misa de apertura, presidida por el padre obispo, quien realizó la bendición de envío a todos los jóvenes misioneros.
En su homilía, los animó a vivir esos días con un auténtico espíritu misionero, recordándoles que la misión no consiste en “llevar a Dios” como si estuviera ausente, sino en descubrirlo ya presente en la vida concreta de las personas, en sus dolores, búsquedas y alegrías cotidianas.
