El juez de la Corte Suprema de Justicia, Ricardo Lorenzetti, advirtió que “en Argentina nadie quiere un Poder Judicial independiente” y planteó la necesidad de establecer políticas de Estado que permitan generar “credibilidad, confianza y protección” para los ciudadanos.
“No se están solucionando los problemas que arrastramos hace 30 años, porque nadie gana una elección prometiendo costos; se prometen beneficios inmediatos”, analizó el magistrado desde un hotel céntrico cordobés.
Durante un encuentro con dirigentes políticos, sociales y judiciales para presentar su libro “El nuevo enemigo. El colapso ambiental. Cómo evitarlo”, Lorenzetti expresó que “siempre se cae en que la Justicia son cuatro jueces de Comodoro Py de Capital pero hay que entender que el Poder Judicial es federal, está en todo el país y hay Poderes Judiciales provinciales que funcionan muy bien”.
“Hay que discutir claramente si se quiere o no la independencia del Poder Judicial, porque lo que estamos viendo siempre es una discusión sobre quién nombra a los jueces, qué sector de la política y esta es la realidad. Lo que se debe discutir seriamente si están dispuestos todos a que el Poder Judicial sea independiente y no querer nombrar a los jueces que cada sector quiere”, anexó.
Acto seguido, puso de relieve que “tenemos países vecinos donde el Poder Judicial tiene autonomía presupuestaria, que significa que tienen sus propios presupuestos y se autorregulan. En Argentina nunca lo quisieron dar a eso porque nadie quiere un Poder Judicial independiente”.
En esos países vecinos, “los jueces cumplen una carrera judicial, en cambio acá es una negociación política permanente. Nosotros lo que tratamos de hacer es que eso termine, por eso hablamos de la necesidad de implementar políticas de Estado”, reiteró en declaraciones a Canal 12.
Finalmente, consultado por la iniciativa que impulsa el Frente de Todos para ampliar el número de miembros de la Corte, Lorenzetti consideró que los cambios constantes por afinidades políticas generan una incertidumbre que daña al país.
“Hubo una modificación hace poco tiempo y la verdad es que lo que pretendemos para el país es estabilidad y si cambiamos las instituciones cada vez que hay algo que no nos gusta, creamos incertidumbre en la población, y los argentinos necesitan tranquilidad, seguridad y protección, y si cambian a cada rato la Corte o cualquiera de los tribunales eso se pierde”, alegó.
Y remató: “Es muy malo hablar de las instituciones en términos de disputas de poder. Las funciones tienen que ser pensadas en sentido de servicio a la población”.