El juicio por la denominada Masacre de Wilde, ocurrida en enero de 1994, continuó ayer con las declaraciones de vecinos que recordaron las vivencias que atravesaron la tarde en que una docena de policías de la Brigada de Investigaciones de Lanús -de civil y en autos no identificables- asesinaron a balazos a cuatro personas.
El debate comenzó después de las 10.30 de la mañana en la Sala Grande de juicios en la planta baja de los Tribunales de Lomas de Zamora. Estuvieron presentes los familiares de Edgardo Cicutín, Norberto Corbo y Claudio Díaz, sobreviviente del ataque.
Al inicio del debate que se desarrolla en el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 3 Ciro Annichiarico, abogado de la viuda de Edgardo Cicutín, pidió que se cite a declarar a Daniel Roque Cinquino, Carlos Alberto Telleldín y Juan José Ribelli.
Annichiarico argumentó que Cinquino aparece en distintas declaraciones indagatorias prestadas por los procesados y que fueron incorporadas por lectura. En el caso de Telleldín, quien estuvo detenido por estar acusado de participar como parte de la conexión con policías de la Bonaerense por el atentado a la AMIA, porque Marcos Rodríguez en su declaración dijo que lo visitó cuando estaba detenido en el penal federal de Marcos Paz y Juan José Ribelli -jefe de operaciones de la Brigada de Investigaciones de Lanús en el momento de los hechos-, para corroborar la veracidad de los dichos de Rodríguez y el testigo Ojeda.
Ante la oposición de algunas de las partes, los jueces Luis Gabián, Marcelo Dellature y Claudio Fernández resolvieron, por unanimidad, que se cite a declarar a Telleldín. En tanto, rechazaron la declaración de Cinquino y de Ribelli, el primero porque fue procesado en la causa y su situación procesal aún no ha sido resuelta, y el segundo porque consideran que no han surgido nuevos elementos para citarlo.
Autos y tiros frente a las casas
“Me acuerdo que por la puerta pasaron un montón de autos y los tiros”, comenzó su testimonio Javier Corral, un hombre que tenía un lavadero de autos sobre la avenida Ramón Falcón, en Wilde.
Ante una pregunta de la fiscalía, Corral aseguró que luego del hecho en el barrio se comentaba que “hubo un enfrentamiento de policías con delincuentes”.
Alicia Lavalle, una vecina que vivía en Sadi y Bragado, aseguró que salía de su casa cuando observó que “dos o tres autos” se desplazaban a gran velocidad y en contramano.
“Recuerdo que hubo un tiroteo”, relató y agregó: “Por el ruido que escuchaba pensé que era pirotecnia, pero eran balas. El que iba detrás (el auto) iba tiroteando”.
Posteriormente, manifestó que “no recuerda” la cantidad de personas que se desplazaban en los autos y al ser consultada si algunos de los vehículos era de la policía, respondió: “Que yo recuerde no”.
Se estima que esta semana finalizará la producción de pruebas ofrecidas por las partes y la próxima será el momento de los alegatos. La “Masacre de Wilde” ocurrió el 10 de enero de 1994, cuando policías de la entonces Brigada de Lanús persiguieron a los ocupantes de dos autos, presuntamente al confundirlos con un grupo de delincuentes que buscaba y los asesinaron a balazos.
Las víctimas fueron el remisero Norberto Corbo y sus pasajeros Claudio Mendoza y Enrique Bielsa, quienes viajaban a bordo de un Peugeot 505, y el vendedor de libros Edgardo Cicutin, que se trasladaba en un Dodge 1500, conducido por Claudio Díaz, el único sobreviviente del ataque.
De acuerdo a los peritajes, ambos vehículos y las victimas recibieron más de 300 impactos de bala calibre 9 milímetros disparados con pistolas y al menos un subfusil Uzi. Los policías, en tanto, no sufrieron heridas ni esos autos se registraron impactos de bala. Por eso en la instrucción inicial se descartó la hipótesis de un enfrentamiento armado.
Fuente: Diario Conurbano