Las declaraciones de dos médicos forenses aportados por la defensa de los rugbiers acusados de matar a Fernando Báez Sosa, quienes cuestionaron la autopsia realizada al cuerpo de la víctima por el perito de parte, generaron algunos cruces entre testigos, fiscales y abogados del particular damnificado, en los que incluso debió intervenir la presidenta del tribunal.
“No pueden discutir entre ustedes”, exclamó en un momento la jueza María Claudia Castro cuando el experto en medicina legal Juan José Fenoglio y el abogado de los padres de la víctima, Fernando Burlando, tuvieron un cruce sobre uno de los puntos relacionados con la autopsia.
Es que Burlando cuestionó al testigo por el uso de “conceptos confusos” y por su falta de definición respecto de las posibles causales de la muerte en caso de que no fueran correctas las determinadas por el perito oficial que realizó la autopsia, Diego Duarte, a lo que Fenoglio expresó: “Usted entiende cualquier cosa”.
En otro tramo de la audiencia, el querellante insistió en que el perito no era preciso en sus respuestas, por lo que se generó otro momento tenso: “A ver doctor: pupilas midriáticas, sin signos vitales, sin pulso, no responde a ningún tipo de estímulo, una persona que está inmóvil, inerte, ¿qué diagnóstico me da?”, le preguntó, a lo que el médico respondió: “Según el estado en que se encuentre. La medicina no es una cosa exacta. Puede estar viva. Hay criterios”.
Antes, cuando ya había pasado más de una hora y media de exposición, se había registrado otro contrapunto con el fiscal Gustavo García, quien le preguntó al mismo perito si tenía conocimiento y habían podido analizar cerca de 60 fotografías de la autopsia que el Ministerio Público pidió incorporar a la causa dos semanas antes del inicio del juicio.
“Para nosotros, las fotografías que ilustran la autopsia van en la autopsia, no tres años después”, respondió el forense, quien agregó: “Si me viene un alumno con esta autopsia, la nota es cero”.
Por su parte, la presidenta del tribunal debió intervenir también en otro momento para pedirle al forense que se limitara a responder por sí o por no, sin “explicaciones” que no sean solicitadas, cuando Fenoglio se encontraba parado con el puntero en la mano junto a la pantalla donde se exhibía la imagen del cuerpo de Fernando.