Vecinos de distintos puntos de la ciudad, principalmente en la zona de Quilmes, Bernal y Ezpeleta, han hecho incontables reclamos a la empresa encargada del suministro de energía eléctrica, pero hasta el momento no han recibido una respuesta satisfactoria. La mayoría de los afectados se quejan de que los cortes de luz son prolongados (en algunos casos llevan hasta 72 horas sin suministro) y que la información proporcionada por Edesur sobre la restauración del servicio es insuficiente.
El corte de luz también afectó la cadena de frío de los alimentos que en muchos casos debieron ser descartados a la basura debido a que han estado expuestos a temperaturas inadecuadas por largos períodos.
Además de la pérdida de alimentos y la incómoda interrupción en el suministro de energía eléctrica, los vecinos temen que los repentinos cortes y los vaivenes de tensión afecten a sus electrodomésticos, por lo que exigen una solución inmediata y definitiva al problema.
En el centro de Quilmes se suman los numerosos adultos mayores que necesitan asistencia para desplazarse y los ascensores son claves para su rutina diaria, en ese contexto están sin agua, sin luz y padeciendo la desidia de Edesur.