En el marco del proceso penal que se le sigue al cura Eduardo Lorenzo, por presunto abuso sexual y corrupción de dos personas –cuando estas eran menores de edad-, esta mañana se presentó a declarar ante la fiscal Ana Medina el sacerdote Mario Peralta. Según informaron fuentes judiciales indicó que: “Les creo a las víctimas”.
“Ratifiqué todo lo que había declarado la vez anterior y agregué algunos detalles, como por ejemplo, que no vine por motus propio sino por decisión de las autoridades. El arzobispo me dijo: vaya y cuente toda la verdad y no venir a acusar personas acá”. Respecto de Lorenzo, Peralta dijo: “Está todo en la causa”. “Me duelen las víctimas; les creo a ellos”, sostuvo el cura.
“El estilo que él tenía no me parecía educada, prolija ni correcta”, indicó el testigo, en diálogo con periodistas en la sede de Fiscalía. No obstante, el religioso evitó referirse directamente a las acusaciones hacia Lorenzo.
La fiscal le había solicitado a la jueza Marcela Garmendia medidas cautelares, ya que había “necesidad de generar condiciones de resguardo y que las potenciales víctimas puedan expresarse libremente y sin presión por la obligación de ser veraces, formúlese requerimiento a la jueza de Garantías peticionando medidas cautelares”. Sin embargo, hasta el momento la magistrada aún no se expidió sobre esa solicitud.
Luego de que uno de los denunciantes –Julián Bártoli- decidiera contar su historia en conferencia de prensa, el cura habría comenzado a llamarlo telefónicamente no sólo a él sino también a testigos y a otro de los denunciantes con el objetivo de intimidarlos y evitar que lo impliquen en la causa, según comentó el abogado de los particulares damnificados, Juan Pablo Gallegos.
Por eso, además de requerir la cautelar, Medina ordenó que se extrajeran copias de interés y se formule una nueva causa por posibles “amenazas”, que se tramitará en la Fiscalía de turno. La misma representante del Ministerio Público –a instancias de la jueza Garmendia- realizó una inspección ocular, el martes de esta semana, en la Parroquia Inmaculada Madre de Dios, ubicada en calle 505 y 15 de Gonnet, donde el exconfesor de César Grassi –condenado a 15 años de cárcel- fue designado en 2007.
Según fuentes judiciales, en mayo de 1989 Lorenzo fue promovido a la Orden de Diaconado, en diciembre del mismo año fue trasladado a la Orden de Plesbíteros. En los años sucesivos, el excapellán ocupó el cargo de párroco en la iglesia María Auxiliadora y luego en San José Obrero, ambos en la localidad bonaerense de Berisso, después en Nuestra Señora de Lourdes de La Plata y San Banjamín de Los Hornos, en 2005. De acuerdo con las acusaciones, los abusos habrían ocurrido en la sede de Gonnet.
La iglesia San Benjamín también cuenta con un colegio religioso, donde trabajaba como profesor de música Lucas Puig, quien fue denunciado por padres de dos alumnos por presunto abuso sexual y corrupción de menores. En un fallo dividido, el docente había sido absuelto en noviembre de 2015, pero un año después la Sal V del Tribunal de Casación bonaerense revocó esa resolución y ordenó un nuevo juicio, decisión que fue ratificada por la Suprema Corte provincial. El juicio está previsto recién para 2022.
Fuente: El Editor Platense