Con detalles aberrantes acerca de la mecánica de muerte de Andrés Ismael Sosa, el vecino de Florencio Varela al que mataron a golpes y mientras agonizaba le pegaron un tiro dio inicio ayer ante el Tribunal Oral N° 4 de Quilmes el juicio contra los dos imputados del homicidio. Hugo Olivi y Oscar Lell están sentados en el banquillo de los acusados y hoy seguirá el debate en la sede de los Tribunales de Yrigoyen 475. En la víspera dos policías dieron precisiones de como encontraron el cuerpo de Sosa.
“Había sangre en gran parte del lugar donde lo encontramos, de la casa lindera desde la terraza ante una denuncia vimos sangre, un pie que salía desde un colchón y al comunicarnos con el fiscal Rivas, nos brindó precisiones para allanar en urgencia. El cuerpo estaba en un colchón con numerosos golpes, había sangre como si hubiera intentado defenderse la víctima”, dijo uno de los policías, el primero en llegar a la vivienda sita en Solano donde hallaron los restos del joven uruguayo.
Asimismo trascendió que Sosa mantenía una relación sentimental con una mujer que a su vez estaba casada con otro hombre y a los que los declarantes, hermanos del fallecido, la sindicaron como la “que lo entregó a sus homicidas”.
Otro de los policías contó como fue la detención de Lell y Olivi: “uno de ellos decía, me agarraron porque me estaba por tomar el palo….en tanto que el apodado el Cordobés (alías con el que se conoce a Olivi por su tonada al hablar) decía una y otra vez llorando “me mande un cagadón, culeado…tenían en sus brazos y manos signos de rasguños y contusiones”; respondieron los testigos a consultas del fiscal Claudio Pelayo como de los defensores oficiales, Lorena Iacono y Facundo Ferrari.
El cuerpo de Sosa fue enterrado como NN en el cementerio de Ezpeleta y su familia lo buscó por siete meses en forma infructuosa. Ayer sus allegados recordaron que todo se conoció luego que en un programa de televisión los viera dando una nota por el pedido de paradero de Sosa un vecino de la casa en donde lo mataron.
Ese testigo clave se prevé declare en el juicio y fue quien radicó la denuncia que permitió esclarecer el caso. “En la vivienda había recipientes de lavandina o cloro para limpiar la escena del crimen y habían amenazado a los vecinos”, dijo uno de los familiares del fallecido.
En plena pandemia; el 7 de diciembre de 2020, la familia de Sosa, que vivía de changas, radicó la denuncia por su desaparición, expresó las sospechas sobre que había sido víctima de un hecho violento y apuntó hacia una pareja que eran sus inquilinos en el mismo terreno en el que vivía en el barrio Presidente Sarmiento, de Florencio Varela.
Recién siete meses después, al hacerse público el caso mediante un informe televisivo, un testigo reconoció a Sosa y así se estableció que había sido asesinado en una vivienda en San Francisco Solano. Por ese crimen fueron apresados Lell y Olivi, pero como a la víctima le habían quemado las huellas digitales y no tenía documentación, no habían lograron identificarla por lo que la habían enterrado como NN.
Con el aporte del testigo, y dado que el cuerpo tenía un tatuaje con el escudo de River Plate, exhumaron el cuerpo y lograron determinar que se trataba de Sosa. Los jueces Alberto Ojeda, Andrea Calaza y Sandra Fragomen seguirán en las próximas horas con el juicio oral y público.