Familiares y amigos de Lucas Escalante, el joven desaparecido en diciembre pasado junto a su amigo Lautaro Morello, marcharon ayer frente al Juzgado de Garantías de Florencio Varela en repudio a la decisión de un magistrado de no otorgarle la prisión preventiva al comisario mayor Francisco Centurión por la presunta privación ilegal de la libertad del joven buscado, aunque sí por sustracción de caudales públicos.
Es que durante el martes el juez de Garantías 5 de Quilmes, Julián Busteros, dictó la prisión preventiva de Centurión, aunque no lo no consideró responsable de la “privación ilegal de la libertad agravada por haber durado más de un mes (de Escalante) y por ser cometida con violencia” que le imputó el fiscal de la causa, Daniel Ichazo.
Al respecto, Busteros señaló que las maniobras que la fiscalía le imputó al policía “se acercan más a la figura de encubrimiento que en la presente no resulta punible”, ya que uno de los principales acusados es su hijo Cristian, actualmente preso junto a su primo sobrino Maximiliano.
A pesar de ello, el magistrado otorgó la prisión preventiva del comisario mayor por “sustracción de caudales públicos” por lo que continuará detenido.
En ese marco, un grupo de 50 personas se reunió ayer, pasadas las 10, frente a la sede judicial emplazada sobre la avenida Mitre 449 de la mencionada localidad del sur del conurbano bonaerense, donde reclamó “justicia” y “basta de corrupción”.
Las personas allí presentes realizaron una serie de pintadas sobre las baldosas del edificio, en las cuales escribieron con un aerosol negro “Justicia por Lautaro” y “Aparición con vida de Lucas”.
“¿Otra vez te equivocaste inútil? ¿Cuánto te pagan por encubrir asesinos?” y “Nos falta uno, nos falta Lucas”, fueron las inscripciones de algunas de las banderas que fueron colgadas frente al Juzgado de Garantías.
Por su parte, Romina Escalante, hermana de Lucas, publicó una serie de historias en la red social Instagram, donde apuntó contra el accionar de Busteros.
“Otra vez estamos acá. Moverse es la única forma de obtener respuestas. Queremos Justicia como corresponde. Este juez desliga a Centurión padre de haber secuestrado y asesinado a Lucas. Que sea Justicia”, reclamó Romina.
Para los próximos días se aguardan los resultados del cotejo de las muestras tomadas del cadáver de Morello (18) exhumado el viernes pasado con el perfil genético de sus padres.
Esta diligencia fue solicitada por la familia de la víctima, ya que nunca se certificó genéticamente que el cuerpo perteneciera al joven.
Las mismas fuentes recordaron que la identificación del cuerpo, que se encontró semicalcinado, se había realizado a través de las huellas dactilares, por lo que para los investigadores no hay dudas de que pertenece a Morello.
En esta causa, Cristian y Maximiliano Centurión están acusados del homicidio de Morello y de la privación de la libertad de Escalante; mientras que, al exjefe de la seccional de Bosques, comisario Sergio Enrique Argañaraz, se le imputa el encubrimiento del caso.
Por su parte, el mayor de los Centurión, quien ya fue desafectado de la fuerza por decisión de Asuntos Internos del Ministerio de Seguridad bonaerense, resultó herido de un tiro en un tobillo cuando intentó fugarse de los policías federales que fueron a detenerlo a su casaquinta de la localidad de La Capilla, en Florencio Varela.
A raíz de ello, debió permanecer en observación y con custodia durante dos días en el Hospital Maternal “Mi Pueblo”, tras lo cual, lo alojaron en la Alcaidía de la Superintendencia de Investigaciones Federales de la PFA de Villa Lugano.
Escalante (26) fue visto por última vez el viernes 9 de diciembre en la localidad de Bosques, de Florencio Varela, cuando pasó a buscar a Morello para salir a festejar el triunfo de la Selección Argentina ante Países Bajos por las semifinales del Mundial de Qatar a bordo de un auto BMW que al día siguiente apareció incendiado.
El cuerpo de Morello fue encontrado cerca de las 21.30 del jueves 15 a la vera de la autopista en construcción Buen Ayre, en Guernica, partido de Presidente Perón, recostado boca abajo, “semicalcinado y en avanzado estado de descomposición” y, según la autopsia, la muerte se produjo por “asfixia mecánica”.
El último destino en el que quedó acreditado que estuvieron los dos amigos, en base a la declaración de testigos y por el análisis de antenas de celular y cámaras de seguridad, fue la casaquinta del comisario mayor Centurión, en La Capilla.
Si bien el móvil del hecho aún no está esclarecido, una de las hipótesis que se investiga es que Cristian y Maximiliano Centurión le ofrecieron como anzuelo a las víctimas los vales de nafta gratuitos que tiene la policía bonaerense para abastecer los móviles de combustible.