La Universidad Nacional Arturo Jauretche (UNAJ) convocó a especialistas relacionados con el mundo del cannabis medicinal quienes reflexionaron sobre la situación actual y alrededor de cuestiones como la regulación, investigación, capacitación y producción, a partir de los avances que se dieron en los últimos tiempos en vistas al desarrollo de una industria del cannabis para fines terapéuticos e industriales.
Participaron de la mesa redonda la presidenta del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) Ana Franchi, el rector de la UNAJ Arnaldo Medina, el presidente de la Agencia Regulatoria de la Industria del Cáñamo y del Cannabis Medicinal (ARICCAME) Francisco Echarren, el director de la Diplomatura en Cannabis y miembro del Directorio de ARICCAME Marcelo Morante y la coordinadora de la Red Cannabis Conicet Silvia Kochen.
En la apertura de la mesa, el rector Arnaldo Medina destacó la importancia del marco regulatorio logrado “que permite el desarrollo de la investigación y de la vinculación tecnológica, temas en los que venimos trabajando y dando pasos muy importantes, como Universidad y junto al CONICET en la empresa tecnológica CANNABIS CONICET”.
Cabe destacar que hace menos de un mes el gobierno reglamentó la Ley 27.669 para la producción de cannabis medicinal y cáñamo industrial, sancionada en mayo de 2022, una legislación considerada de vanguardia, que pone en marcha formalmente la agencia regulatoria encargada de otorgar licencias para la producción de derivados del cannabis.
Por su parte, Francisco Echarren, titular de la Agencia, habló de la importancia “del proceso popular que llevó a la sanción de dos leyes, la que crea la ARICCAME y la que establece el marco para comercializar por primera vez en la Argentina el cannabis medicinal y el cáñamo industrial”.
La presidenta del Conicet, Ana Franchi, valoró el rol del Estado como impulsor de los avances, no sólo en cannabis medicinal sino también en cuanto al desarrollo del cáñamo industrial, dos áreas en la que a su entender “se abre un abanico de oportunidades”, agradeciendo además a los distintos actores sociales que protagonizaron este proceso: cultivadores solidarios, científicos, universidades nacionales, mamás de pacientes y usuarios.
Marcelo Morante se refirió al “camino virtuoso de la política pública que promovió la Ley de Cannabis, que permitió la protección de los actores vinculados al cannabis medicinal y la posibilidad de que nazca una industria más allá del prohibicionismo”.
A su turno, Silvia Kochen habló de las distintas iniciativas de capacitación que tienen por objetivo “pensar cómo somos capaces (tanto para medicinal como para industrial) de generar productos que resuelvan las necesidades nacionales pero además nos posicionen a nivel país para poder exportar”.
Y agregó: “En el mundo cannábico hay un diálogo permanente entre la comunidad, que es la que guardó los saberes con mucho celo, el mundo científico y los que necesitan utilizar el cannabis medicinal y el cáñamo”.