El religioso está acusado de abuso sexual simple de dos seminaristas. El miércoles pasado se había presentado en una audiencia ante la fiscal, que lo había declarado “en rebeldía”.
Luego de haberse presentado el pasado miércoles en audiencia ante la fiscal de Orán que lo acusa de abuso sexual simple de dos seminaristas, el ex obispo de esa localidad, Gustavo Zanchetta, viajó al Vaticano, adonde se encuentra desde el viernes pasado.
Así lo confirmó al diario La Nación su vocero y representante canónico, el padre Javier Belda Iniesta, quien indicó que el religioso se encuentra otra vez en Santa Marta, la residencia para eclesiásticos donde también vive el Papa, en el Vaticano.
Ése es el domicilio que confirmó el miércoles en la audiencia que tuvo ante la jueza de la Sala II del Tribunal de Juicio de Orán, María Laura Toledo Zamora. Ésta tuvo lugar bajo gran expectativa mediática después de que una fiscal pidió que se dictara una orden de captura internacional contra Zanchetta por no haber respondido ni a llamados ni a mails.
Zanchetta, quien negó estar en rebeldía, viajó el lunes pasado desde Roma para cumplir con dicha citación, tras lo cual y visto que no se han dictado medidas restrictivas en su contra, regresó.
En diálogo con La Nación, Belda Iniesta lamentó que el pedido de arresto internacional -realizado por la fiscal María Soledad Filtrín Cuezzo y que fue considerado improcedente y nunca ordenado por una autoridad competente- haya creado gran confusión mediática alrededor del caso Zanchetta, que para él “se ha salido de madre”.
“Se ha salido todo de lo sensato y razonable. La situación se ha salido de madre y parece como si monseñor Zanchetta fuera responsable de crímenes de guerra”, dijo, al destacar que un ejemplo de esto fue que en una pared del obispado de Orán -donde el imputado fue obispo entre 2013 y 2017-, se encontraron con una pintada con la leyenda “Zanchetta violador”.
“Esto refleja que hay un ensañamiento, que hay mucha confusión en cuanto a la acusación, ya que nadie lo está acusando de violación, sino de abuso sexual simple, que puede ser un abrazo que quizá fue considerado demasiado largo, una mano, pero no violó a nadie. Hay que juzgar lo que sea, claro, no se trata de minimizar los presuntos hechos, pero ponerlos en contexto porque lo único que repara las heridas es la justicia y la verdad”, agregó.
Belda Iniesta contó, por otro lado, que la audiencia del miércoles pasado para la que viajaron más de 30 horas (avión desde Roma y luego Salta, más auto hasta Orán) fue una formalidad, durante la cual Zanchetta confirmó su domicilio y su defensa, acta que en ocasiones suele hacerse hasta en videoconferencia y que no significó para nada el inicio de un juicio. “Antes de la apertura del juicio deben resolverse varias otras cuestiones preliminares”, explicó, al subrayar un comportamiento “ejemplar” del Poder Judicial.
“Monseñor Zanchetta está dolido por toda la trascendencia del caso, pero está tranquilo, confiando en que hay procedimientos abiertos y en que puede demostrar su inocencia, de la que está convencido”, agregó.
Consultado sobre la relación de Zanchetta con el Papa Francisco, Belda Iniesta aseguró que, pese a que viven en la misma residencia y a que en el pasado tuvieron cierta cercanía, “no mantienen ningún tipo de relación”.