Un hombre comenzará a ser juzgado mañana por la desaparición y asesinato del abogado Salvador Altamura, quien fue visto por última vez el 13 de julio del 2020 en Quilmes, por lo que su madre pidió “saber dónde está el cuerpo” de su hijo y que el acusado, que era amigo de la infancia de la víctima, “reciba la pena que merece”.
El debate oral comenzará mañana desde las 10. El juicio estará dirigido por el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 3, compuesto por los jueces Darío Hernández, Alejandro Portunato y Julián Busteros.
Está previsto que en la primera jornada declaren familiares directos de la víctima y en las siguientes audiencias lo hagan amigos y allegados de ambas partes, como también policías y peritos.
El acusado es Rubén Darío Dening (55), quien enfrentará cargos por el delito de “robo calificado por el empleo de llave verdadera en concurso real con homicidio criminis causa” en perjuicio de Altamura (48), quien era su amigo de la infancia y fue visto con vida por última vez el 13 de julio de 2020, en plena pandemia por el coronavirus.
La principal hipótesis de la acusación es que Dening mató a su amigo para apoderarse de una suma de dinero que guardaba en una caja fuerte de su casa, un monto que no fue fehacientemente determinado en la investigación.
Para la fiscal Ximena Santoro, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 7 de Quilmes, a cargo de la investigación, otros posibles móviles fueron que la expareja de Dening cortó su relación para iniciar un noviazgo con Altamura; que el tío de éste último le ejecutó una hipoteca que le generó una pérdida de un inmueble al imputado y el préstamo de dos mil dólares que éste nunca le devolvió al abogado.
Según el expediente, Altamura tenía en su departamento del centro de Quilmes dos cajas fuertes con dinero en efectivo en pesos y en moneda estadounidense.
Previo al comienzo del juicio, que fue pospuesto varias veces por distintos planteos de la defensa, Norma Wambold, madre de Altamura reclamó: “quiero saber dónde está el cuerpo de mi hijo. Me interesa saber dónde está mi hijo y espero la pena máxima. Él (por Dening) es el ejecutor de todo esto”, aseguró.
Altamura, quien se desempeñaba como abogado, era empresario y además piloto de motocicletas. Sobre el debate, la madre de la víctima señaló que “serán cuatro jornadas muy intensas y difíciles”, en la que desea “que salga la verdad para saber fundamentalmente que pasó” con su hijo.
“Sabemos el por qué, que fue por el robo. Yo sostengo que tuvo ayuda, otros dicen que no, que Dening es egoísta, perverso, que quería pertenecer a la familia Altamura, parecerse a nosotros”, sostuvo la mujer, quien añadió que cree que el el hecho de que el cuerpo de su hijo no haya aparecido es una estrategia del acusado para tratar de ser condenado solo por el robo.
Altamura era abogado pero no ejercía la profesión, corría en forma amateur carreras de motociclismo, había vendido una empresa de polietileno y polipropileno, y actualmente continuaba con la importación de las materias primas para ese rubro industrial.
La víctima fue vista por última vez el 13 de julio de 2020, a las 17.08, en las inmediaciones o en el galpón situado en la calle Rodríguez Peña 1210 de la localidad de Bernal, partido de Quilmes, junto al acusado Dening.
En el requerimiento de elevación a juicio la fiscal Santoro sostuvo que Dening “a fin de preparar su posterior accionar ilícito y con el propósito de lograr su impunidad le dio muerte a Salvador Altamura”.
Para la fiscalía, luego de asesinar a su amigo, el acusado tomó la motocicleta de la víctima y se dirigió hacia su departamento, ubicado en la calle 25 de Mayo 217, en pleno centro de Quilmes, donde “se apoderó ilegítimamente de una suma de dinero no especificada y un arma de fuego calibre 9 milímetros” propiedad del abogado.
Una de las pruebas que remarcó la fiscalía fue que luego de la desaparición del abogado, Dening adquirió un televisor, dos celulares y se halló un comprobante de pago para un estudio de abogados por la cifra de cinco mil dólares.
Además, fue clave el testimonio de familiares y amigos de la víctima, quienes coincidieron que por la contextura física la persona que quedó filmada ingresando al departamento de la víctima la madrugada del 14 de julio de 2020, no era el abogado.
Al respecto, Norma analizó el registró fílmico y explicó que a Dening “le gustaba usar ropa ajustada, pero se lo ve con un pantalón enorme y campera holgada, para simular el físico”, y así los investigadores creyeran que se trataba de Altamura.
“Tuvo en cuenta muchos detalles, pero una cámara lo capta cuando va a descartar los guantes, el casco, el arma de Salvador y una máscara que se ajustaba a la cabeza, porque estábamos en pandemia”, indicó.
Otro detalle que no dejó pasar por alto la fiscal Santoro fue que el conductor se equivocó el portón de ingreso y egreso del edificio, que según indicó en el requerimiento se trató de “una maniobra para nada usual por parte de los moradores habituales”.
Al momento de ser detenido, mientras intentaba ingresar en bicicleta a la provincia de Entre Ríos, el imputado tenía en su poder la suma de 386.662 pesos y 31.500 dólares, con los que intentó sobornar a los efectivos para que lo dejaran libre, y vestía una campera que era de Altamura.
“Los últimos meses fueron como una despedida. En su último cumpleaños nos encontramos en Mendoza, lo pasamos en familia. La última vez que lo vimos fue en el cumpleaños de su hermana, comimos en familia. Ese fin de semana lo pasó con la novia y el lunes desapareció. Tengo ese recuerdo, cariñoso, jugando con los sobrinos. Sus amigos aún lloran cuando hablan de él o escuchan algún audio en el celular”, rememoró Norma.