Uno de los amigos más cercanos a Salvador Altamura, desaparecido y presuntamente asesinado en julio de 2020, complicó ayer la situación del único acusado por el hecho y aportó detalles sobre los últimos minutos con vida de la víctima, ya que afirmó que el día que fue visto por última vez se hallaba en un galpón que pertenecía al acusado y que era utilizado por el abogado para guardar sus dos motos de competición. Además a Dening lo reconocieron en los videos exhibidos en el juicio tanto una exnovia como el tío de la víctima.
La segunda audiencia del debate que juzga a Darío Dening por el delito de “robo calificado por el empleo de llave verdadera en concurso real con homicidio criminis causa”, comenzó pasadas las 10 en los tribunales quilmeño. El primer testimonio que escucharon los jueces del Tribunal Oral 3, Darío Hernández, Alejandro Portunato y Julián Busteros, fue el de Fernando Nanfaro, amigo de Altamura.
Nanfaro, al ser consultado por el fiscal de juicio Andrés Nieva Woodgate, el representante del particular damnificado Brian Vidal y el abogado defensor Matías Aquino, aseguró dedicarse a la provisión de tambores de aceite para los camiones de basura de la Municipalidad de Quilmes, los cuales guardaba en el galpón de Dening, el principal imputado, y cuyo negocio compartía con un pequeño porcentaje con Altamura.
A su vez, este testigo estuvo detenido durante 30 días acusado del crimen, aunque luego fue desvinculado. En cuanto al día en el que desapareció Salvador, Nanfaro afirmó pedirle a su amigo que debía entregar dichos tambores de aceites a un trabajador de la Municipalidad, tras lo cual Altamura emprendió viaje hacia el galpón, cerca de las 17.
+
Al respecto, el testigo explicó: “Titi (Salvador) me dijo por WhatsApp que en 20 minutos iba al galpón y que después volvía a su casa. El último mensaje que le mandé le llegó a su teléfono, pero no tenía tilde azul. Nunca lo abrió. Más tarde le volví a mandar o lo llamé y ya no recibí respuesta”.
A continuación, Nanfaro ubicó a Altamura en el galpón de Dening en el último audio que recibió de su parte, ya que logró distinguir el ruido del motor de una de sus motocicletas de carrera, las cuales también guardaba en dicho depósito.
El pasar económico
Nanfaro también hizo mención a la situación económica de Salvador, a la describió como “muy buena”, refiriendo que tenía departamentos en el exterior, producto de los negocios que había realizado como dueño de una empresa de polietileno y de una serie de empresas que tenía con su tío Donato Altamura.
Sobre este punto, el testigo aseguró que Salvador y su tío “eran prestamistas”, aunque dijo desconocer que Altamura guardaba grandes cantidades de dinero en su departamento. En referencia a ello, el tío y socio comercial de Altamura, Donato, negó durante la audiencia de ayer dedicarse a la realización de préstamos, aunque señaló que su sobrino solamente lo hacía con personas de confianza. “Él siempre prestó plata de forma lícita. Hacía colocaciones puntuales”, argumentó.
Durante su testimonio, Donato Altamura manifestó estar al tanto que Salvador guardaba más de 200 mil dólares en su casa y que el día de su desaparición notó que una de las cajas de seguridad del abogado había sido vaciada.
“Noté que el zócalo de la cocina estaba movido. Eso no era buen augurio. Los únicos que sabían de la existencia de esa caja éramos Pamela Lacur (exnovia de Salvador) y yo. Cuando sacamos la caja, junto a Pamela, notamos que la caja estaba abierta. Solo había dos juegos de llave, una que estaba escondida e intacta detrás de un timbre y la otra que la tenía Salvador y nunca apareció”, comentó Donato, que contó haber realizado negocios con su sobrino colocando antenas para distintas compañías telefónicas por todo el país.
Reconocimiento de Dening
Además, a Donato se le exhibieron una serie de filmaciones en la que una persona descartaba la motocicleta de Salvador en las adyacencias de la Villa Itatí la madrugada posterior a su desaparición y aseguró reconocer a Dening como la persona que abandonaba la moto. “Esa misma moto entró a su departamento después a las 4 de la mañana y se va dos horas después. Se veía que no era mi sobrino, era otra persona. Este muchacho era más morrudo, se equivoca de portón las dos veces. Me pareció que era Darío por su contextura física, la forma de pararse. Ni más ni menos…es Darío”, contó a los magistrados el tío de Altamura.
A una conclusión parecida arribó Pamela Lacur, exnovia de la víctima, sobre una filmación que mostraba a un hombre caminar por las calles de Itatí a las 7.19 del 14 de julio de 2020. “Sí, es Darío. Por su forma de caminar. Hace muchas pesas y camina de una manera muy dura. Hacía fierros, tomaba proteínas. Al caminar es parecido a Dening, sin dudar”, señaló Pamela.
La mujer, que aseguró mantener una relación amorosa con Salvador desde el 2014, recordó haber visto en varias ocasiones al imputado ya que tenían una “relación muy cercana” con su pareja.
Al respecto, Pamela contó que Altamura le dio 2 mil dólares al acusado ya que tenía graves problemas económicos y describió al imputado como una persona “narcisista, fría y muy superficial”. Luego de ello, Pamela señaló que el último audio que le mandó Altamura -instantes previos a su desaparición- se lo escucha acompañado de Darío Dening y una mujer a la cual no pudo identificar.
Finalmente, la declaración de Pamela, que se extendió pasadas las 16.30, no pudo completarse ya que los jueces dictaron un cuarto intermedio hasta mañana a las 10 de la mañana, cuando se espera que se reanude su testimonio. El juicio por el crimen de Salvador comenzó el martes con las declaraciones de Ángel Altamura, padre de la víctima.
En tanto, el fiscal Nieva Woodgate indicó en sus lineamientos que Dening mató a Altamura con el objetivo de robarle dinero y que lo hizo “de manera tan efectiva que logró la desaparición de su cuerpo”.
Para la fiscalía, luego de asesinar a su amigo, el acusado tomó la motocicleta de la víctima y se dirigió hacia su departamento, ubicado en la calle 25 de Mayo 217, en pleno centro de Quilmes, donde “se apoderó ilegítimamente de una suma de dinero no especificada y un arma de fuego calibre 9 milímetros” propiedad del abogado.
Una de las pruebas que remarcó la fiscalía fue que luego de la desaparición del abogado, Dening adquirió un televisor, dos celulares y se halló un comprobante de pago para un estudio de abogados por la cifra de cinco mil dólares.
Al momento de ser detenido, mientras intentaba ingresar en bicicleta a la provincia de Entre Ríos, el imputado tenía en su poder la suma de 386.662 pesos y 31.500 dólares, con los que intentó sobornar a los efectivos para que lo dejaran libre, y vestía una campera que era de Altamura.