La frecuencia de los colectivos son de nuevo un dolor de cabeza para los pasajeros del AMBA luego de que se haya reducido el servicio en un 50%. La medida comenzó a fines de la semana pasada pero recién impactó este martes después de las fiestas.
Según la Asociación Argentina de Empresarios del Transporte Automotor (AAETA) existe una brecha grande entre la tarifa, que se mantiene congelada desde agosto, con los costos que se incrementan todos los días, como el combustible.
José Troilo, presidente de la Cámara Empresaria Autotransporte de Pasajeros, afirmó que no se puede costear el servicio completo y que el colectivo debería valer 800 pesos.
“Con lo que se recauda de los boletos no alcanza para cubrir los gastos. Los subsidios son el 90% del ingreso”, explicó el presidente de la CEAP.
“Nadie nos presta un peso”, cuestionó Troilo y aseguró que esta reducción en el transporte público no es una medida de fuerza si no que las empresas “hacen lo que pueden”.
Otra de las cuestiones a las que hizo hincapié es que “los costos están fijados por el Estado con una fórmula establecida desde 2009, donde tiene en cuenta los kilómetros, el costo del personal, los insumos”.
Aunque no se trate de una medida de fuerza, desde las cámaras remarcan la necesidad de incrementar el boleto o los subsidios.