Mónica Ferreyra, madre de la joven Araceli Fulles que fue asesinada en 2017 en la localidad de José León Suárez, criticó el fallo del Tribunal de Casación bonaerense que absolvió a los tres hombres que habían sido condenados a prisión perpetua y dijo que sintió que “volvieron a matar” a su hija y que “el dolor es cada vez más fuerte”.
“Hago de cuenta que me volvieron a matar a mi hija de vuelta, me volvieron a lastimar y es un volver a empezar, porque fueron cinco años que luché para la justicia de mi hija y pensé que iba a estar descansando en paz, y hoy puedo decir que mi hija volvió a morirse ayer mismo”, aseguró la mujer al canal de noticias TN en alusión al fallo del jueves de la Sala I del tribunal de alzada.
Esa resolución judicial benefició a los condenados Carlos Damián Cassalz, Marcelo Ezequiel Escobedo y Hugo Martín Cabañas, quienes recibieron la inmediata libertad.
“El dolor es cada vez más fuerte, yo lo único que quiero es que esos jueces se pongan la mano en el corazón, que nunca les pase lo que me pasó a mí, y que se fijen lo que están haciendo. Yo a mi hija no la voy a tener más, pero por lo menos que me den esa paz, de que mi hija va a estar descansando en paz”, acotó la mujer.
Asimismo, defendió la labor del adiestrador canino Marcos Herrero, que como perito de parte aportó pruebas fundamentales para el caso y fue duramente cuestionado por los jueces Daniel Carral, Víctor Violini y Ricardo Maidana.
“Yo creo que al hombre éste lo están ensuciando”, señaló la madre de Araceli y contó que fue a colaborar con la familia “sin ningún interés. Llamó por teléfono y se ofreció sin lucro de nada”.
Además, agregó: “El no puso el cuerpo de mi hija ahí, el perro se fue solo”, en relación al sitio que marcó el can de Herrero.
“Hay una mano negra en esto, no puede ser que ellos salgan cuando yo no la puedo sacar a mi hija del cementerio, yo a mi hija no la puedo sacar nunca más y ellos no tendrían que haber salido”, criticó la mujer.
Y aventuró que los jueces “no quieren retener a gente como las que estaban detenidas, primero y principalmente porque están con ese ´proyecto inocente´ (la organización de derechos humanos Innocence Proyect) que son los que avalan a todos los narcotraficantes”.
“Voy a empezar a hacer marchas, voy a empezar a luchar, porque esto no puede quedar así, mi hija no se mató sola”, anunció la mujer.
El Tribunal de Casación, dio a conocer el fallo el jueves, cuestionó la sentencia del Tribunal Oral en lo Criminal 3 de San Martín y absolvió por mayoría a los acusados, al validar la apelación de la defensa oficial que contó con Innocence Project bajo la figura de “amigos del tribunal” (amicus curiae).
“El tribunal ignora la complejidad del planteo que hizo la defensa sobre la actuación de Marcos Herrero, pues era claro que no se limitaba a los aspectos puramente formales de su intervención (como el cumplimiento de los protocolos sugeridos en la búsqueda de personas, los avales del instructor, las certificaciones de su perro particular o la rigurosidad científica de su método, aunque estos cuestionamientos también se hicieron y no fueron respondidos con seriedad, ya de por sí no menores), sino sobre el temor fundado de que su actuación haya sido ilegítima”, dijeron en el fallo.
Luego, criticaron con énfasis “las consecuencias directas” que tuvo la actuación de ese perito “en la formulación de la hipótesis acusatoria y en la propia existencia de la prueba de cargo esencial que se valoró en contra de los acusados, pues, en definitiva, la constatación del olor de la víctima dentro del corralón depende de la fiabilidad que se asigne a las afirmaciones de Marcos Herrero, cuando dijo que su perro le comunicó el reconocimiento de aquel olor”, aseguró.
El juicio por el femicidio de Araceli Fulles comenzó el 13 de septiembre del 2021, al que llegaron siete personas como acusadas pero todas ellas en libertad, aunque a raíz de una serie de amenazas hacia familiares de Araceli y testigos, dos de ellos fueron detenidos con prisión preventiva.
El Tribunal condenó a prisión perpetua a Cassalz, Cabañas y Escobedo y absolvió por falta de pruebas a Hernán Rodrigo Badaracco, Carlos Antonio Ibarra, Daniel Alaniz y los hermanos Jonathan y Emanuel Ávalos.
Además, los jueces señalaron como coautor del hecho a Darío Badaracco, quien había sido detenido en la causa, pero murió el 13 de abril de 2019, luego de haber permanecido internado cinco días en un hospital de la ciudad de Olavarría tras ser atacado a golpes y quemado con agua caliente por dos compañeros de celda en el penal de Sierra Chica.
Durante el transcurso del juicio oral, la defensa de los acusados cuestionó el trabajo del adiestrador Herrero, pero el tribunal omitió responder ese planteo.
El hecho ocurrió durante la noche del 2 de julio de 2017 cuando, según el Tribunal 3, alrededor de las 7 la víctima se dirigió hacia un corralón que era propiedad de Cassalz, donde “se produjo su muerte violenta”, en la que Darío Badaracco, Marcelo Escobedo y Hugo Cabañas fueron considerados como los responsables de causarle a la joven una “asfixia mecánica” por “estrangulamiento a lazo” con un elemento compatible con precintos plásticos.
La escena del crimen fue validada por los jueces a partir del “marcamiento positivo de olor” del can “Halcón” de Herrero, que dio cuenta de la presencia de Araceli en la oficina, baño y terraza del corralón.
Tras 25 días de búsqueda, el cuerpo de Araceli fue hallado el 27 de abril debajo de unos escombros, en el patio de la casa de Darío Badaracco, ubicada en Alfonsina Storni 4477, de José León Suárez, partido de San Martín, tras la intervención de perros pertenecientes a los Bomberos Voluntarios de Punta Alta.