La autopsia realizada sobre el cadáver de Fernando Báez Sosa, el chico asesinado por una patota de rugbiers este sábado por la madrugada a la salida de un boliche bailable en Villa Gesell, fue a raíz de un fuerte golpe recibido en la cabeza que le provocó un sangrado interno y el posterior deceso.
A la conclusión del golpe mortal –que se evidencia en un video difundido por ocasionales testigos del episodio– llegaron los peritos que realizaron la autopsia en las últimas horas, además de observar un fuerte golpe en la mandíbula.
Los aprehendidos por el hecho son los jugadores del Arsenal Zárate Rugby Matías Benicelli, Ayrton Violaz, Macimo Thomsem, Luciano Pertossi, Lucas Pertossi, Alejo Milanessi, Enzo Cornelli, Juan Guarino, Ciro Pertossi, Blas Cinalli y Pablo Ventura, este último fue buscado en su casa de esa ciudad del norte bonaerense y desde su entorno familiar niegan no sólo que haya participado en la masacre, sino que haya estado en Villa Gesell en el momento del hecho.
Una testigo del hecho de nombre Mariana, quien atiende en un local de la zona, relató que hubo dos peleas y que los policías concurrieron a dispersar a los golpeadores de una, mientras que en la otra el grupo de rugbiers golpeaba a mansalva a Báez Sosa.
“Quedó tirado. Le hicieron reanimación, vino la policía, los bomberos, lo que tardó fue la ambulancia, pero ya no se podía hacer nada”, dijo la chica en diálogo con TN, y agregó que “la gente pasaba y no había reacción de nadie. Creo que se pudo haber evitado. Nadie se involucró”.
Luego, ya con Fernando tendido en el piso, la testigo sostuvo que “había gente llorando, estaban todos shockeados. No podían hacer nada porque tenía reventada la cabeza”, y contó que “el chico no tenía pulso. Le agarró como una convulsión. No se pudo hacer más nada”.
Finalmente, indicó que para ella quienes mataron al joven estudiante de Derecho en la UBA “sabían lo que estaban haciendo” porque “vieron que estaba tirado en el piso y siguieron dándole y dándole”, y concluyó: “No fue una pelea de un grupo contra otro. El chico ya estaba tirado en el piso y le tiraron patadas. Para mí estaban concientes de lo que hacían”.