En el marco de las actividades solidarias que se realizan en las cárceles bonaerenses en beneficio de la comunidad, el miércoles 28 de febrero, desde la Unidad 23, personas privadas de libertad de este establecimiento, realizaron donaciones de juguetes, bancos, cunas, mesas y sillas de madera al Club de Madres “Renacer” de Ezpeleta.
La producción de los muebles se desarrolló en la Unidad Penal 23 del barrio La Capilla de Florencio Varela, perteneciente al Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB), donde las personas privadas de libertad se forman en un oficio y realizan producciones y donaciones en asistencia a la comunidad; en el marco del programa “Más trabajo, menos reincidencia” impulsado por el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires que conduce el Dr. Juan Martín Mena.
En la cárcel las personas privadas de libertad participan de un taller de carpintería en el cual elaboran muebles de madera, los que en este caso fueron donados al Club de Madres “RENACER”, que es una O.N.G. sin fines de lucro fundada en el año 1995, que se dedica a trabajar con las diferentes problemáticas sociales de las familias de su zona de influencia especialmente en Ezpeleta y todo el partido de Quilmes, donde brinda sus servicios a niñas y niños a través de un comedor comunitario.
La donación se hizo efectiva durante la mañana, tras contar con la debida anuencia por parte de jefatura del Servicio Penitenciario y el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos bonaerense.
El mobiliario fue confeccionado por internos que trabajan en la carpintería del pabellón número uno de la Unidad 23, que es una de las dependencias que forman parte del Complejo Penitenciario Florencio Varela. Allí los privados de libertad aprenden el oficio de carpintero y se comprometen con las actividades solidarias, especialmente si los destinatarios de sus trabajos son infantes.
La donación fue entregada a la titular del Club, Clara González por el director de la Unidad penitenciaria, Julián Román y todo su equipo de trabajo.
González agradeció la tarea realizada por el personal carcelario y los privados de libertad, y el funcionario del SPB destacó que, “Este tipo de actividades solidarias son una parte fundamental del tratamiento penitenciario, ya que la persona que está cumpliendo una pena no solo aprende un oficio, sino que además se siente realizado a través de la actitud solidaria en beneficio de la sociedad y sus niñeces”.