Un comerciante de 40 años que estuvo internado 12 días tras ser baleado por delincuentes en Avellaneda murió el último lunes en el hospital Fiorito. Tenía 40 años y era padre de dos criaturas: un niño de siete años y una nena de dos.
El hecho ocurrió cerca de las 21.30 del miércoles 29 de enero, en la localidad de Piñeiro, partido de Avellaneda. Soria había dejado su local, ubicado en el cruce de Lebensohn y Rivero, y se disponía a buscar su automóvil para regresar a su hogar en Bernal.
Al llegar a la calle Rivero al 500, el hombre fue interceptado por delincuentes que se movilizaban en una Ford Eco Sport. Éstos le exigieron que les entregara el auto, un Peugeot 308 color blanco, tras lo cual comenzaron a forcejear.
Soria fue sacado del vehículo y golpeado en el pavimento. Luego, uno de los ladrones le disparó en el costado del tórax, hiriéndolo de gravedad. Los delincuentes huyeron en la EcoSport en la que habían llegado y en el Peugeot de la víctima, el cual abandonaron posteriormente en el barrio porteño de Barracas.
El comerciante fue trasladado de urgencia al hospital Pedro Fiorito. Allí quedó internado en terapia intensiva hasta el lunes, cuando falleció como consecuencia de las lesiones. “Si la víctima sobrevivía podría haber sufrido problemas de movilidad. El disparo le había afectado la columna”, dijo un vocero encargado de la pesquisa.
Efectivos policiales procuraban identificar a los delincuentes que participaron en el crimen a través de las cámaras de seguridad de la zona. El hecho es investigado por la fiscal Alejandra Olmos Coronel, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 1 descentralizada en Avellaneda, Departamento Judicial Lomas de Zamora.