El Sindicato de Empleados de Comercio de Lomas de Zamora, a través de su Secretario General Rubén Crosta, dio a conocer la preocupante situación que atraviesan los trabajadores de las ferias que integran el complejo popularmente conocido como La Salada. “En los grandes medios de comunicación sólo se habló de la detención de Castillo y ni una palabra de las familias que están perdiendo sus ingresos con las ferias clausuradas”, expresó Crosta señalando que “hay 250 trabajadores, legalmente registrados, con las cargas sociales al día, que hoy no pueden ingresar al predio que se encuentra cerrado y custodiado por gendarmería y policía”.
En La Salada funcionan tres ferias, Ocean, Punta Mogote y Urkupiña, en cuyas instalaciones decenas de empresas desarrollan sus emprendimientos comerciales, ocupando una gran cantidad de empleados. El conflicto se inició el 22 de mayo con la detención de Jorge Castillo y otras 15 personas vinculadas a la administración del predio, acusados de realizar maniobras de lavado de dinero. Como parte del proceso de detención se efectuaron allanamientos en el predio ferial y se procedió a su clausura, la que prosigue hasta hoy con incierta resolución.

El titular del gremio mercantil hizo un llamamiento a las autoridades por la situación de los empleados de comercio que trabajan en las ferias y que hoy no saben cómo sigue su destino laboral. “Se suele hablar de La Salada en términos siempre despectivos y ligados a la economía marginal, pero nosotros sabemos que ahí trabajan legalmente registrados 250 trabajadores, todos y todas empleados de comercio y por ellos nos movilizamos”, afirmó Crosta indicando a su vez que “el gremio ya realizó la presentación ante el Ministerio de Trabajo de la Provincia de Buenos Aires solicitando que se constate la imposibilidad de acceder a los lugares de trabajo, y también llevamos un escribano a la puerta de cada una de las ferias, para dar fe de cómo se le niega el ingreso a los trabajadores”.
Mientras la justicia desarrolla el proceso en sus tiempos, 250 familias sufren la incertidumbre de un problema penal que los excede largamente. “Para aquellos que defienden un sistema que premia el individualismo y la acumulación, esto no es más que un daño colateral, una corrección de mercado; para nosotros que luchamos por una sociedad solidaria y con justicia social, este es un ejemplo de la debacle desinteresada que ha ganado a nuestro país”, concluyó Rubén Crosta su declaración.