La AFIP allanó 36 domicilios de contribuyentes identificados como “deudores relevantes” con escasos movimientos bancarios, que con la finalidad de evadir el pago de tributos desvió ingresos por $2.000 millones a través de empresas fantasmas.
Según explicó el organismo, los titulares reales utilizaron distintas sociedades que se reemplazaban unas a otras, manteniendo los dueños ocultos el manejo de la explotación comercial.
Bajo la creación de empresas “cáscaras” desarrollaban su actividad, generando deudas impositivas y previsionales para luego cambiar de razón social e interponiendo testaferros insolventes, traspasando la nómina de trabajadores.
La AFIP señaló además que como consecuencia de tareas investigativas llevadas a cabo por la Dirección General Impositiva (DGI) se detectó un grupo de empresas y profesionales que operaban en conjunto, cuya finalidad era ofrecer “terminales POS” y cuentas bancarias de titularidad de sociedades apócrifas, que eran utilizadas por diferentes contribuyentes vinculados al rubro gastronómico y de indumentaria.
A través de esta maniobra desviaron $2.000 millones que eran depositados en las cuentas bancarias de las usinas y posteriormente utilizados para el pago a proveedores y los sueldos de los empleados, de acurdo con la información oficial.
El ente recaudador realizó una denuncia penal que quedó radicada en el Juzgado Federal en lo Penal Económico Nro.9, solicitando medidas de urgencia a fin de resguardar los intereses del Fisco.
En el procedimiento, se secuestró dinero en efectivo por un valor de US$1 millón y gran cantidad de documentación e información en soporte digital de interés para la causa.