El exjuez inauguró el ciclo de clases ante un Salón de Actos lleno que asistió a la convocatoria en defensa de la educación pública y gratuita.
La cita tuvo lugar en el Salón de Actos de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires y reunió a más de mil quinientas personas que se acercaron a escuchar a Eugenio Raúl Zaffaroni, exjuez de la Corte Suprema de Justicia de la Nación y de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. En un contexto social que nunca le resulta ajeno, el profesor se explayó en torno a los desafíos que se le presentan al derecho penal frente a la crueldad imperante.
El evento contó con la presencia de numerosos jueces, fiscales y representantes de organizaciones sociales.
En la apertura de la jornada Zaffaroni recordó en homenaje a la profesora recientemente fallecida, Lucila Larrandart, quien fuera directora del Departamento de Derecho Penal e integrante de su cátedra histórica, hoy representada por los profesores titulares Alejandro Slokar y Alejandro Alagia.
En ese marco, también se explayó en punto a “los condicionamientos o limitaciones mundiales mediante los cuales se le impone a la Argentina una posición subordinada” coincidente con “los intereses dominantes que corresponden a una economía financiada, sin importar si poblaciones enteras mueren de hambre” y afirmó que: “ni las distopías del siglo pasado imaginaron el enorme desarrollo de la capacidad tecnológica de manipulación psicológica (mediática y dataista electrónica) que condiciona masivamente el odio”.
También, explicó que: “se trata de un modelo humano insensible, recluido en mundos inventados por el poder tecnológico paralelo al de destrucción masiva que, por su parte, amenaza a la humanidad con catástrofes sin precedentes” y que: “América transita actualmente un tardocolonialismo”.
Frente a un público en el que se destacaban profesores, estudiantes, referentes de derechos humanos y organizaciones sociales, expresó que: “la selectividad del poder punitivo en la región tiene dos inevitables consecuencias: la punición de los vulnerables y la impunidad de los poderosos”.
Finalmente, el exintegrante de la Corte Suprema de Justicia de la Nación alertó que “están en juego no solo nuestros débiles Estados de derecho y el propio sistema democrático, sino también la más mínima igualdad que hace a la dignidad humana”.