Personal de la seccional 2° de Berazategui junto a funcionarios de la UFI N° 8 de cibercrimen lograron la detención de un sujeto que mediante hostigamiento y acoso por medio de las redes sociales presionaba a una menor de edad en la localidad de Ezpeleta.
Con motivo de investigaciones realizadas a partir de una denuncia se logró tras un allanamiento en una finca de la calle Santa Cruz de Ezpeleta aprehender a un groomer de 19 años de edad que mediante un dispositivo acosaba a una adolescente. Dichas circunstancias fueron alertadas e intervino la UFI de delitos cibernéticos a cargo del fiscal Daniel Ichazo.
Con celeridad se activaron los protocolos de rigor y se logró precisar mediante geolocalización las coordenadas de la comunicación para allanar la finca y detener al sujeto identificado como TMG (reservamos los datos filiatorios), de 19 años de edad, se secuestraron además dispositivos telefónicos, un chip. El ayudante fiscal Angel López avaló lo actuado y con los elementos probatorios recabados el juez Juan Anglese, de Garantías N° 1 de Quilmes ordenó la medida privativa de la libertad.
El aprehendido en la finca fue procesado por “captación por medios tecnológicos de menores de edad con fines sexuales (grooming); tenencia y distribución de material de MASI; promoción de la corrupción de menores agravada por el engaño y la amenaza y amenazas coactivas”.
El engaño
TMG logró engañar a la adolescente mediante un perfil falso en redes sociales para mediante comunicación vía mensajería instantánea lograr acceder a imágenes de la menor; acto seguido una vez sustraídos los contenidos coercionar a su víctima para amenazarla que “en caso de no acceder a lo que solicitaba el groomer publicar las fotos en diferentes plataformas”.
En Argentina, el grooming es un delito penal tipificado en la ley 26.904 y se produce cuando un adulto se hace pasar por un niño, niña o adolescente y lo contacta por medios digitales con el objetivo de abusar de su integridad sexual.
La estrategia habitual utilizada por los agresores, denominados groomers, es promover un vínculo de confianza, complicidad y cercanía con la víctima a través de redes sociales, juegos online o plataformas de mensajería instantánea. El siguiente paso es requerir información y, sobre todo, fotos o vídeos íntimos de índole sexual. Una vez que eso sucede, comienzan las amenazas de divulgarlo en su círculo íntimo si no acceden a cumplir con sus exigencias.