Como cada año, los servidores de la Virgen se preparan para compartir una nueva edición de la Peregrinación Juvenil a Luján. Este año es especial, porque se trata de la número 50.
Muchas personas saben que el primer fin de semana de octubre se hace y ofrece esta tradicional caminata desde el barrio porteño de Liniers, particularmente desde el Santuario de San Cayetano, y se llega así a los pies de la Virgen de Luján.
El objetivo más importante de ese camino, y del esfuerzo que significa ese gesto de amor, es llegar a encontrarse con la Virgen, para acercarle la oración y las intenciones, agradecimientos y todos aquellos pensamientos que cada uno lleva en el corazón.
Quienes colaboran en el Santuario Nuestra Señora de Luján, son testigos de lo que eso significa. “Por esa razón, es que nos interesa mucho que todas las personas que lo deseen puedan lograrlo, de un modo u otro, pero que puedan tener ese momento y espacio de paz frente a Ella, mirándola y dejando que Ella nos mire”, expresan.
Por eso, recuerdan: “El primer fin de semana de octubre, tenemos una tarea muy importante. Muchos, esos dos o tres días, no caminamos, pero participamos desde aquí adentro, desde otra mirada, desde otro lado; lo hacemos ofreciendo nuestro tiempo, amor y servicio, como servidores de la Servidora, recibiendo en su casa a todos los que llegan a verla”.
En ese sentido, destacan que la organización “es una de las claves para que podamos cumplir con nuestras tareas”. Sobre todo, requiere de muchas personas que quieran y puedan ofrecer dos horas de su tiempo para colaborar. Por eso, invitan a todos los que puedan y quieran, a regalarle “al menos 2 horas de tu valioso tiempo a la Virgen y a nuestros hermanos peregrinos”.