Julián Arakaki, el filicida condenado a prisión perpetua por asesinar en 2012 a su hija de 8 años y quien fue el primer preso en contraer coronavirus del país, se recupera de la enfermedad y por primera vez desde su internación, el test que le hicieron dio resultado negativo.
Arakaki, de 49 años, es un interno de la Unidad 23 de Florencio Varela que desde el 17 de marzo se encuentra internado en el Hospital Presidente Perón de Avellaneda. Hasta allí era trasladado tres veces por semana para ser dializado, ya que tiene una enfermedad crónica renal y además es diabético, razón por la que el año pasado le amputaron una de sus piernas.
En esa última internación se detectó que tenía fiebre y, al hacerse los estudios, se determinó que estaba infectado por el coronavirus.
“Su evolución es favorable y hoy, por primera vez desde que está internado, el test le dio resultado negativo”, dijo una fuente judicial. Ahora, los médicos esperarán unos días para confirmar que el paciente está recuperado de la enfermedad y darle el alta.
Fuentes judiciales indicaron a Télam que la jueza de Ejecución Penal 2 de San Isidro, Victoria Elías García Maañon, a cargo del control de su pena, ya evalúa cuáles podrían ser las alternativas de destino, una vez que el condenado reciba el alta médica. “Volverá al alojamiento que recomiende Sanidad Penitenciaria, pero no está en consideración la posibilidad de una prisión domiciliaria”, aclaró a Télam una fuente judicial vinculada al caso.
Arakaki fue condenado el 25 de junio de 2014 a prisión perpetua por el “homicidio agravado por el vínculo” de su hija Milagros Arakaki, de 8 años.