Ricardo Anselmini es uno de los cuatro expolicías condenados por el brutal crimen de Natalia Melmann. Hace casi un mes, la Justicia lo benefició con salidas transitorias y este domingo, fue visto paseando por las calles de Mar del Plata. Esta situación generó el repudio de los vecinos y la indignación de la familia de la adolescente asesinada. “Con total impunidad está faltando a lo que se había acordado”, expresaron en diálogo con TN.
“Desgraciadamente, alrededor de las 10.30, me hicieron llegar las imágenes. La realidad es que a toda la impotencia que genera esta situación, se le agrega el marco de impunidad con la que se transita todo esto”, manifestó Nahuel, uno de los hermanos de Natalia.
Gustavo, el papá, completó: “Fueron al barrio para advertir a los vecinos que estaba viviendo ahí. Y hoy vieron que Anselmini estaba yendo al almacén a comprar cuando tendría que estar en el domicilio que tiene fijado”.
Al encontrarlo en la vía pública, los vecinos decidieron grabarlo y difundir el video en redes sociales para repudiarlo. “Milico de m… Ya a la cárcel”, se escucha gritar a una mujer.
Vecinos de Miramar filmaron a uno de los expolicías condenados por el crimen de Natalia Melmann paseando por el parque. (Foto: Captura de video)
De acuerdo a lo que pudo saber TN, la resolución de los jueces Esteban Viñas y Gastón De Marco, integrantes de la Cámara de Apelaciones en lo Penal N° 1 de Mar del Plata, dice: “Se concedan salidas transitorias al nombrado, en los días y tiempos que se indican a continuación: los días domingo cada quince días, de 08 a 20 (incluido los traslados), para acudir, exclusivamente, al domicilio”.
En ese contexto, los Melmann anticiparon que iniciarán las acciones legales correspondientes para impedir las salidas “porque fue clara la resolución y demuestra que, con total impunidad, está faltando a lo que se había acordado y a los beneficios que empezó a gozar hace muy pocos días”.
“Nos indigna y nos genera mucha impotencia, pero esperemos que la Justicia esté a la altura y de forma urgente detenga la posibilidad de que siga gozando de los beneficios”, cerró Nahuel.
La solicitud para las salidas transitorias había sido por su defensa, basada en que el expolicía ya cumplió 20 años tras las rejas y estaban dadas las condiciones legales para que recuperara la libertad.
A principios de septiembre, la Justicia concedió el beneficio y le ordenó a Anselmini que realice un curso de construcción de las masculinidades y seguir con un tratamiento psicológico. Ante esto, la familia de la víctima apeló la medida.
El hombre había sido condenado en septiembre de 2002, como coautor de los delitos de “rapto, abuso sexual con acceso carnal agravado por la pluralidad de personas y homicidio criminis causa”.
El 4 de febrero de 2001 Natalia Mariel Melmann, de 15 años, volvía a su casa de bailar en la localidad de Miramar. Eran cerca de las 7 de la mañana y un grupo de policías interrumpió su paso, la golpeó y la obligó a subir a un patrullero. Después, la trasladaron a una precaria vivienda del barrio Copacabana, en las afueras de la ciudad. Allí la torturaron, violaron y ahorcaron con el cordón de su propia zapatilla.
No hubo noticias de Natalia durante los cuatro días que duró su desaparición. Sus familiares y amigos la buscaron a la par de las fuerzas de seguridad, aun sin saber que la policía había participado del monstruoso hecho que iba a conmocionar a todo el país.
Su cuerpo apareció el 8 de febrero, enterrado debajo de un montículo de hojas secas en el vivero “Florentino Ameghino”. Se presume que lo descartaron en ese lugar el mismo día el crimen.
A simple vista, Natalia presentaba moretones en los muslos, quemaduras de cigarrillos en la mano izquierda, el tabique roto y un fuerte golpe en el cráneo. Más tarde, la autopsia reveló además la presencia de cinco perfiles genéticos diferentes y confirmó que, tras haber sido torturada y violada, fue asfixiada con el cordón de su propia zapatilla, que estaba atado en su cuello con un nudo doble.